La pinza se ha enterrado
Parece que fue ayer cuando, hace cuatro años, el coordinador de IU en Andalucía, Diego Valderas, acompañado del hoy eurodiputado Willy Meyer exclamaba: "La pinza se ha enterrado". Lo dijo tras alcanzar un acuerdo con el PSOE sobre las cajas de ahorros y que posibilitó el control de El Monte gracias al respaldo mostrado en su día por CC OO. Con ello, Chaves ganaba el pulso que le habían planteado determinados presidentes de las cajas, aliados con el PP y con los sectores vinculados a intereses inmobiliarios muy concretos con los que concertaron pingües beneficios y de cuyas rentas algunos viven hoy cómodamente.
A partir de ahí se abría paso una nueva etapa en dicha organización cuyo hito más significativo fue la foto del pasado viernes de la cumbre de las respectivas cúpulas del PSOE e IU en la sede regional de los socialistas andaluces. Se trató de una puesta en escena para trasladar a la opinión pública la fase de entendimiento en la que han entrado ambas fuerzas y que ya ha dado sus primeros frutos. Los acuerdos que se han cerrado en materia de reforma del Estatuto, imprimiendo un mayor contenido social al texto; el compromiso adquirido para que el PSOE rectifique posiciones y opte por una nueva Ley de la RTVA; el desarrollo del mencionado entendimiento sobre las cajas, así como el apoyo presupuestario a los ayuntamientos o a las políticas sociales dan debida cuenta de la trascendencia que ha tenido dicha convergencia.
Fuerza útil
En definitiva, esta circunstancia ha posibilitado trasladar, sobre todo a IU, un mensaje a los suyos con el que vienen a decir que hoy, más que nunca, son una fuerza útil, capaz de hacer realidad parte de sus postulados, y eso que estamos en una legislatura con mayoría absoluta del PSOE. Está claro, por tanto, que han sabido sacar provecho a la necesidad que tenían los socialistas de sus votos para que prosperarse una reforma estatutaria que constituye una de las mayores empresas políticas que acomete Chaves. Y todo ello sin apenas coste interno, aunque con las esperadas críticas que, esta semana, se van a agudizar por parte de la derecha andaluza.
Valderas ha tenido que soportar presiones de todo tipo para que se rompiera con esa estrategia y se pasara a la "otra orilla" como diría el padre intelectual de la pinza, Julio Anguita. Muchos, incluso, dudaban de que pudieran aguantar el tirón y llegar hasta el punto en el que nos encontramos sin que se produjeran fisuras internas. Pero no ha sido así, tanto que IU se consolida en todas las encuestas como tercera fuerza política en Andalucía con un lento progreso que le hace ver a sus dirigentes el futuro con cierto optimismo, siempre y cuando sepan sacar rendimiento a los logros obtenidos.
Ahora les queda estar vigilantes para que no haya retrocesos en los avances cerrados ya con el PSOE y, de puertas para dentro, han de fortalecer la cohesión interna, objetivo en el que está empeñado un Valderas que prepara para septiembre una remodelación de la dirección para ensanchar así su base de apoyo.
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