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Un héroe que se convirtió en el comandante de los inmigrantes

Joaquín Ortiz de Zárate Pérez Galdós, de 54 años, bisnieto del autor de los Episodios Nacionales, era una auténtica leyenda de la navegación de rescate en España. Ortiz, que contaba con 9.221 horas de vuelo fue el comandante que mantuvo imperturbable un helicóptero de rescate, similar al accidentado, en la vertical de las explosiones y llamas que escupía el petrolero Mar Egeo, en 1992, en A Coruña. Permaneció ahí, a pocos metros del fuego, hasta que se salvó el último de los 19 marineros filipinos.

Tripulaciones de yates, de pesqueros y centenares de sin papeles le deben la vida. Aún cuando los manuales desaconsejaban el despegue allí estaba el comandante Tito, como le conocían sus allegados, como el capitán Tomás Sánchez Araña, muy afectado por su pérdida. "Habrá que hacerle los reconocimientos y homenajes que merece", decía Antonio Padrón, capitán marítimo de Santa Cruz de Tenerife.

Con apenas 55 años, esposa y una hija azafata, Ortiz era considerado por sus compañeros y superiores "el mejor, con diferencia" de toda España. "Cuando teníamos un caso difícil, si no lo hacía él, no encontrábamos a nadie", recordaba Sánchez Araña. "Prefería forzar al máximo el aparato antes de dejar a nadie morirse". Sánchez Araña recuerda la "disciplina monacal" que se había autoimpuesto, dado que su profesión le exigía controles médicos cada dos meses y cursos de entrenamiento y perfeccionamiento en Noruega. Ayer recordaba entre las muchas operaciones de rescate, una que salvó la tripulación de un yate a 170 kilómetros de distancia "con vientos de 60 kilómetros". Ortiz declaró varias veces a este periódico que "localizar una patera en el mar es más difícil que una aguja en un pajar", aunque él mismo tuvo la suerte de encontrarla en varias ocasiones. Otras, los pescadores eran testigos de estas operaciones. Como José Castellano, patrón del Nuevo Carmen Nieves, que encontró a 247 kilómetros de El Hierro una chalupa con inmigrantes.

Hasta allí voló, al límite de la autonomía del helicóptero. Durante 26 minutos lo mantuvo inmóvil en el aire a menos de 15 metros del pesquero, mientras un rescatador y un gruista subían a seis inmigrantes. "Íbamos a rescatar sólo a los dos más graves, pero el comandante dijo que aún podíamos llevarnos a cuatro jóvenes más", manifestaron entonces los testigos desde el barco. El sábado murió pilotando.

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