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PERFIL

Un regateador al frente del Real Madrid

Calderón es un empresario de éxito que ha logrado controlar dos mitos: el Bernabéu y la plaza de toros de Las Ventas

Ramón Calderón (Palencia, 1951), es el socio 14.878 del Real Madrid. Y su nuevo presidente. Y muchas cosas más. Miembro de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, amante de los toros y ex directivo de Florentino Pérez, por ejemplo. Albacea del testamento del torero Paquirri, y consejero delegado, vocal o administrador de 10 empresas, también. No acaban ahí los datos básicos de su biografía: está casado y es padre de tres hijos. Fue el látigo de los presidentes Mendoza, Sanz y Martín. Y la suma de sus ocupaciones, méritos y negocios le han convertido en algo más que en un abogado de éxito. Calderón es un empresario con letras mayúsculas: nadie antes que él había logrado reunir en sus manos el Bernabéu y Las Ventas, el fútbol y los toros, los dos grandes espectáculos de la capital.

"Todavía me acuerdo del socio número 1, ya muy mayor, que se levantó como pudo de su silla, agarró su garrota y le dijo: '¡Imbécil lo será usted!", dice Onieva
"Era apasionado. Los dos nos levantábamos para celebrar los goles, pero nunca le vi insultar a un árbitro", dice Alfonso Ussía, ex candidato a presidente

Todo empezó en Palencia. Allí, en el viejo campo de la Balastera, Ramón, el segundo de siete hermanos, se contagió del virus del fútbol. Se infectó hasta el tuétano: jugaba con la pelota sobre el albero de la vieja plaza de toros, administrada por su familia. Animaba al Palencia. Y peloteaba por la calle Berruguete. La conexión con la ciudad sigue viva hoy. Todos los lunes, nada más levantarse, Calderón consulta los resultados del equipo de su infancia, el que presidía su padre. En la ciudad, además, resiste el colegio La Salle, al que asistió de niño, "con buenas notas". "Son todo ochos y nueves. ¡Si sacó hasta un sobresaliente en latín!", se sorprende el director. "Le encantaba jugar a policías y ladrones", cuenta una fuente de su entorno más íntimo, "pero sobre todo le gustaba el fútbol. Era un malabarista, un regateador. Era tan bueno que alguno que era más fuerte que él se cabreaba y le daba una patada en la espinilla. Ya era un gran organizador: la familia veraneaba en Santander y él organizaba los partidos en la playa".

Para el nuevo presidente del Madrid, sin embargo, Palencia es algo más que fútbol y juegos de niños. También es tradición, sangre y sufrimiento. La casa familiar está pegada a la plaza de Abilio Calderón, su antepasado, que fuera ministro con Alfonso XIII. Cerca, muy cerca, está el Ayuntamiento. Detrás, la ermita de la Soledad, sede de la cofradía del mismo nombre, a la que pertenece Calderón, un amante de la Semana Santa. "Tengo la túnica", suele contar.

El nuevo presidente del Madrid quiere que sus hijos "no pierdan el contacto con la tierra de sus abuelos". Él, sin embargo, se marchó a los 18 años. Su destino: Pamplona, donde se licenció en derecho en 1975, "tras aprobar casi todo con notables". Allí compartió piso con dos hermanos y conoció a su mujer. "Él vale mucho, pero el 50% de sus éxitos se los debe a ella", dicen. De Navarra se marchó a estudiar a Inglaterra. Luego se trasladó a Madrid, donde acabaría fundando su despacho de abogados. En 1979 ya era socio del Madrid. Instalado en el centro de la capital, Calderón pronto pasó de aficionado a aspirante a la vicepresidencia con la candidatura de Alfonso Ussía, derrotada por la de Ramón Mendoza, en 1991.

"Tipo audaz"

"Fue al primero que llamé", cuenta Ussía, "porque es un tipo audaz. Nos reuníamos en el restaurante Valentín. Yo me podía tomar una copa; él, no. Era bastante abstemio. A él le encantaba Martín Vázquez. A mí me parecía un jugador de salón. Cada vez que hacía una buena jugada o la cagaba nos mirábamos el uno al otro. Era muy, muy apasionado. Expresivo. Los dos nos levantábamos para celebrar los goles, pero nunca le vi insultar a un arbitro", añade. En aquellos tiempos, la gran mayoría de socios desconocía el nombre de Ramón Calderón. Aquel apellido, sin embargo, resonaba en el mundo de las revistas del corazón. Era el abogado de moda. "Representó a Isabel Pantoja con el asunto del vídeo de Paquirri

[que mostraba la muerte del torero]", recuerda Ussía. "Tuvo éxito y atrajo a gran parte de ese mundo, aunque él no lo buscaba en absoluto".

"Ramón es un tipo muy inteligente", explica Ussía. "Era un hombre muy brillante, incisivo, a veces demasiado. Le encantaba la polémica, que hubiera puntos conflictivos. Era impetuoso. Ahora está más calmado. Tenía entre ceja y ceja ser presidente del Madrid". Dispuesto como estaba a lograr la presidencia, Calderón no se asustó cuando la candidatura de Ussía perdió las elecciones. Se volvió el duro de la oposición. Y fue muy crítico con Mendoza, primero, y con Sanz, después. "En la época de Mendoza siempre fue combativo, un hombre de carácter fuerte en tiempos difíciles", dice Juan Onieva, que fue vicepresidente de Sanz y el encargado de responder a Calderón en las asambleas. "Siguió siéndolo con Lorenzo. Era un hombre reivindicativo, vehemente". ¿Se parece a Laporta, que llegó a la presidencia del Barça tras años de oposición a Núñez y Gaspart? "No. En absoluto. Es un hombre del aparato, con seis años de directivo, que ahora intenta aparecer como el Cid", se queja Onieva. "Recuerdo un problema que tuvo en 1999. Dijo que la junta colocaba a los socios en un grado de imbecilidad impensable. No le entendieron ni le dejaron acabar, y le quisieron echar. Todavía me acuerdo del socio número 1, ya muy mayor, que se levantó como pudo de su silla, agarró su garrota y le dijo: '¡Imbécil lo será usted!".

Calderón se rehízo de aquel golpe rápidamente. Tras perder otras elecciones como miembro de la lista de Florentino Pérez, en 1995, ingresó en la directiva del club, en 2002. "Estaba muy cerca del mundo de la farándula. Cuando entró en la directiva giró su despacho hacia actividades más empresariales. Estar en el Madrid siempre ayuda para eso. Ahora va diciendo que él hizo rico a Fernando Martín. Y Fernando va diciendo que lo es pese a él", dice un ex directivo. Calderón fue de los socios más beligerantes con la breve presidencia de Martín. Hoy, el ex presidente no quiere hablar del asunto. Calderón, sin embargo, fue su mano derecha en la entrada de Martinsa en Sacyr, una de las grandes constructoras españolas. "Él asumió la representación de las acciones de Martín en Sacyr, porque Fernando tenía un problema de incompatibilidades", cuentan desde el círculo íntimo del nuevo presidente. Martín cerró aquella operación con plusvalías de 150 millones de euros. Calderón mantiene todavía relaciones con Sacyr: es vocal del consejo de Itinere, la concesionaria de la promotora dedicada a las autopistas. Además figura como consejero delegado o administrador de otras nueve empresas, dedicadas al mundo de la televisión, el ocio y la restauración, y las promociones inmobiliarias.

Plaza de Las Ventas

Hay más. Desde diciembre de 2004 manda en la plaza de Las Ventas. Tres accionistas controlan Taurovent, la sociedad gestora del coso: Calderón, con un 5%, es el único no ganadero. Fidel San Román, que tenía el 46%, fue detenido en la Operación Malaya, que lucha contra la corrupción en Marbella. Y Taurovent, que quiere prorrogar su gestión hasta finales de 2007, ha propuesto a la Comunidad de Madrid que José Antonio Martínez Uranga, el tercer accionista, compre la parte de San Román hasta llegar al 95%. Alejado del problema, Calderón ha dejado su impronta en Las Ventas con ideas de innegable inspiración madridista: "Ha estado ligado a la promoción, con los palcos VIP", cuenta una fuente de la plaza. "Alquilamos 10 palcos a empresas, con un abono de temporada completa de 6.000 euros anuales por persona". Los proyectos de Calderón en Las Ventas, sin embargo, no acaban ahí. "Ha estado activo para buscar ingresos atípicos por patrocinios. Ahora estudia poner terrazas de verano en el ruedo".

No es de esperar que Calderón maneje el Madrid como Las Ventas. Son sensibilidades y públicos diferentes. Y él, uno de los pocos presidentes del Madrid que domina varios idiomas -inglés y algo de francés-, lo sabe: "El Madrid es un club deportivo sin ánimo de lucro y lo otro es una sociedad mercantil que tiene como objetivo ganar dinero. El Madrid es una empresa de sentimientos y emociones, no una sociedad mercantil".

Ramón Calderón.
Ramón Calderón.LUIS MAGÁN

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