El Euskobarómetro arroja máximos de optimismo en Euskadi sobre el fin de ETA

El optimismo ante el fin del terrorismo se adueña de Euskadi, según los datos del último Euskobarómetro. El 86%, once puntos más que hace seis meses, considera que la situación mejora y el 61% confía en que nos encontramos ante el fin del terrorismo. Más de la mitad cree que ETA estaba derrotada policialmente y que la ilegalización de Batasuna ahogó su estrategia, pero la explicación más compartida (79%) es que la banda y su entorno político concluyeron que deben abandonar las armas para perseguir sus objetivos. El cambio de Gobierno y la actitud de Zapatero son el factor más valorado.

Junto a ese avance del optimismo a grandes pasos, se ha reforzado en nueve puntos sobre noviembre de 2005 el apoyo a una negociación entre el Gobierno y ETA, aunque condicionada por el 59% al abandono de las armas. El rechazo a ETA alcanza también máximos históricos, con sólo un 1% de apoyo total, mientras el rechazo total está en el 61%; un 17% afirma haberla apoyado antes, pero ya no, y un 13% dice que comparte sus fines, pero no sus medios. Ese rechazo parece coherente con el convencimiento de un 93% que piensa que hoy se pueden defender todas las aspiraciones y objetivos políticos sin recurrir a la violencia.

El 63% cree que ETA y la izquierda abertzale tienen voluntad de poner fin al terrorismo, aunque el convencimiento baja al 52% cuando se pregunta por su intención de integrarse en el sistema. Cuatro de cada diez personas encuestadas creen que la crispación social persiste y lo atribuyen sobre todo al desacuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas.

Francisco Javier Llera, director del equipo de investigadores de la UPV que elabora este estudio, subrayó al presentarlo ayer que la sociedad vasca parece tener muchas más esperanzas que en tregua de 1998, ya que el 61% muestra mucha o bastante confianza en que estemos a las puertas del final de la violencia, y lo atribuyen sobre todo a una mayor claridad en ETA.

Más de la mitad de los preguntados, el 52%, cree que ETA estaba derrotada policialmente y por la nueva situación internacional y la contundencia del Estado de derecho, y también porqu la ilegalización de Batasuna, su exclusión de las instituciones y la acción judicial contra el entorno social y político del terrorismo ahogaron su anterior estrategia. Éstas son explicaciones que dan mayoritariamente los no nacionalistas, pero la respuesta más compartida (79%) de modo equilibrado por nacionalistas y no nacionalistas, es que ETA, sus presos y su entorno social y político llegaron a la conclusión de que era el momento de abandonar la lucha armada y cambiar de estrategia para obtener mejor sus resultados políticos..

A la hora de atribuir protagonismos en la llegada a esta dinámica de fin del terrorismo, la mejor posición la ocupa el cambio de Gobierno y la actitud del presidente José Luis Rodríguez Zapatero. El 96% otorga una puntuación de 5,8 a ese factor, al que sigue, con un 5,7, la movilización social contra ETA y la predisposición de la izquierda abertzale tras su declaración de Anoeta en noviembre de 2004. También el ejemplo del IRA y los movimientos cívicos de resistencia superan el 5 como motivos. Por debajo quedan el Pacto de Lizarra y el plan Ibarretxe, la colaboración francesa y otros factores.

A la hora de abordar las medidas que el Gobierno puede ir adoptando, antes incluso de la declaración definitiva de abandono de las armas, la más aceptada (83%) es el acercamiento de los presos, seguida de la mejora de sus condiciones carcelarias o la aplicación selectiva de beneficios penitenciarios (71%).

Tolerancia con Batasuna

Un 66% apoya tolerar progresivamente las actividades de la izquierda abertzale y facilitar su regreso a la legalidad. Y también más de la mitad de los encuestadis sería partidaria de aliviar la presión judicial sobre ella, aunque los no nacionalistas se oponen en este último aspecto, lo mismo que rechazan relajar la acción policial contra los activistas de ETA. Esta última medida recibe el rechazo más alto, el 41%, frente al 38% de apoyo. También encuentra dificultades la reinserción, a la que sólo accede el 40%, tras avanzar nueve puntos en el último semestre. La inacción de ETA parece estar facilitando la evolución de la opinión a posturas más proclives al perdón, con los nacionalistas en la vanguardia y con más reticencias de los no nacionalistas.

El estudio arroja igualmente un gran rechazo a la politización de las víctimas del terrorismo y el 84% les niega un mayor derecho que el resto de la ciudadanía a ser atendidas cuando se trata de decisiones políticas.

Plataformas como el Foro Ermua o ¡Basta Ya! han retrocedido 18 puntos en la estima que tuvieron hace cinco años, y sólo Gesto por la Paz y Elkarri superan el aprobado, aunque con un sesgo muy importante entre las opiniones de los nacionalistas y no los nacionalistas.

El portavoz del PP, Leopoldo Barreda, consideró que encuestar a los ciudadanos "con carácter general no significa nada", porque, afirmó, "nueve de cada diez personas no saben ni lo que se les pregunta ni a qué contestan". Barreda contrastó el 91% de apoyo a la negociación del Gobierno con ETA con el hecho de que "dos de cada tres ciudadanos exija la disolución de la banda como elemento imprescindible" para ella.