Victoria de los conservadores en las parlamentarias de Macedonia

La oposición conservadora Organización Revolucionaria Macedonia del Interior (VMRO-DPMNE) se proclamó vencedora en las elecciones parlamentarias que se celebraron ayer en el país balcánico. El portavoz del partido, Vladímir Gjorchev, declaró en rueda de prensa en la sede del partido en Skopje que esa victoria "es una nueva oportunidad para la patria". Gjorchev proclamó la victoria con el 51% de los votos escrutados y, poco después, los socialdemócratas, en el poder, reconocieron su derrota.

"Nikola Gruevski [máximo dirigente del VMRO-DPMNE] será nuevo primer ministro", añadió el portavoz, quien aseguró que, según el primer análisis de la situación tras los comicios, la VMRO-DPMNE tendrá 55 diputados en el Parlamento (de 120 escaños) que salga de estas elecciones, y su principal rival, la Unión Socialdemócrata de Macedonia (SDSM), 32 escaños.

Gjorchev indicó que esas afirmaciones se basan sobre el recuento del 51% de los sufragios, aunque no presentó otras cifras ni resultados. Anteriormente, el portavoz de la SDSM, Dejan Mickovic, declaró que este partido esperará los resultados que comunique la Comisión electoral estatal (DIK).

Los dos principales partidos del país que midieron sus fuerzas se vienen sucediendo en el poder en los 15 años de independencia de Macedonia. Representantes de la albano-macedonia Unión Democrática para la Integración (DUI), derivada de la antigua guerrilla separatista y que en los últimos cuatro años era parte de la coalición gobernante, aseguraron que este partido lleva una ventaja frente a otra formación de la minoría albanesa, el opositor Partido Democrático de los Albaneses (DPA).

Las elecciones parlamentarias en Macedonia fueron una prueba crucial para este país en su camino hacia el deseado ingreso en la Unión Europea. Los 1.741.449 ciudadanos con derecho a voto tenían que elegir a los 120 diputados del Parlamento entre 2.700 candidatos propuestos por 33 partidos, coaliciones y listas independientes. La votación fue supervisada por unos 6.000 observadores locales y por unos 380 extranjeros, en su mayoría de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).