Anna Castelli, arquitecta y diseñadora
Fue la impulsora del diseño moderno italiano de posguerra
Anna Castelli Ferrieri, precursora arquitecta asociada con el periodo de diseño moderno de la Italia de posguerra, conocida por su aceptación de la innovación tecnológica y por su estilo audaz, falleció el martes 27 de junio en su casa de Milán. Tenía 87 años. La causa del fallecimiento fueron complicaciones de su afección pulmonar, según uno de sus nietos, Michele Caniato, residente en Nueva York.
Castelli Ferrieri fue miembro emblemático de una generación de diseñadores italianos a la que pertenecen Pier y Achille Castiglioni, Gae Aulenti, Ettore Sottsass y Joe Colombo. Todos ellos transformaron el mundo del diseño con su interés por usar nuevas tecnologías y materiales como el plástico, un medio frecuentemente utilizado por Castelli. El brío iconoclasta y la elegancia intuitiva de todos ellos se convirtieron en el sello del estilo moderno italiano.
Fue una de las primeras tituladas en Arquitectura por el prestigioso Instituto Politécnico de Milán, en 1943. En 1949, junto con su esposo, Giulio Castelli, fundó Kartell, que se convirtió en una importante empresa de muebles conocida por sus diseños plásticos de alta calidad.
"No sólo tuvo influencia como diseñadora profesional, sino que educó a su esposo, industrial e ingeniero, en la importancia de la calidad en el diseño", explica el arquitecto Emilio Amasz, comisario de una novedosa exposición, Italia: el paisaje doméstico, organizada en 1972 en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. "Juntos asumieron grandes riesgos". La exposición incluía varias piezas de Castelli Ferrieri, entre las cuales destacaban los Componobili, recipientes redondos de plástico, apilables; cuando se organizó la exposición del museo, Bloomingdale's compuso con ellos todo un perfil de Nueva York en su departamento de muebles para el hogar.
Anna Castelli Ferrieri nació en Milán el 6 de agosto de 1918. Su padre era un conocido periodista y fundador de Il Convengo, revista, librería, teatro y salón intelectual de la década de 1920, que atrajo a intelectuales y personalidades del teatro internacionales como James Joyce, Thomas Mann y Luigi Pirandello. De joven, cuando aspiraba a convertirse en diseñadora, visitó a Le Corbusier en París, pero se sentía más en consonancia con el arquitecto racionalista italiano Franco Albini, su maestro, como ella lo llamaba, cuya teoría de la reducción, la función y la belleza rigurosa han seguido siendo la filosofía de toda su vida. La mejor representación de su trabajo como arquitecta es la sede de Kartell, con sus bloques de color rojo intenso, visible desde la autopista que bordea Milán, diseñada en colaboración con Gardella y que incluye un edificio residencial en la Via Marchiondi de Milán así como oficinas y una fábrica de Alfa Romeo.
Con el éxito de Kartell, Castelli Ferrieri y su esposo ayudaron a fomentar la explosión del diseño moderno italiano en la década de los sesenta, los setenta y los ochenta, al igual que su padre había estimulado la escena cultural en su época. En 1976 se convirtió en directora de diseño gráfico de Kartell y siguió experimentando.
Para una retrospectiva expuesta en el Museo de Arquitectura y Diseño del Ateneo de Chicago en 1997, escribió: "Sigo mi camino, consciente de la responsabilidad que asumo siempre que añado una nueva presencia a un mundo físico ya superpoblado".
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