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Reportaje:Alemania 2006 | La España de toda la vida

Ribéry, la audacia de los 'bleus'

El benjamín francés, autor de un gol contra España, brilla por su entusiasmo en un equipo experimentado

En el camino a los cuartos de final, los viejos bleus han demostrado tener unos recursos insospechados. El más famoso de ellos también tiene buen olfato. La víspera del primer partido del equipo de Francia ante Suiza (0-0), Zinédine Zidane rindió un homenaje destacado a Franck Ribéry, el benjamín (23 años) de la banda. "es muy fuerte, eso se ve", declaró. "Es alguien que destacará en cada aparición. Se convertirá en alguien importante en el fútbol francés". El futuro dirá si el jugador del Olympique de Marsella dejará huella, pero entre tanto el martes 27 de junio, en Hannover, puso de manifiesto su habilidad, su sangre fría y su perseverancia en un contexto completamente inédito para un joven internacional (siete partidos con la selección).

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Sólo en el primer tiempo, Franck Ribéry desarrolló ante España el cuento de hadas de su vida. Un principio de partido calamitoso. Regate fallido, situación incierta en su banda derecha. Veinte minutos de ausencia seguidos de un fallo estrepitoso a seis metros de la portería española con un pase milimetrado de Thierry Henry.

Una bendición para el equipo contrario hasta ese fulgor a cuatro minutos de la conclusión del primer tiempo. Uno-dos con Patrick Vieira. Un primer defensa español, Pablo Ibáñez, realiza un placaje en el césped. Los siguientes, Carlos Puyol y Mariano Pernía se ven sorprendidos por la velocidad. El resto realiza un trabajo de especialista, una acción de malabarista calculada al milímetro. Una carrera contoneada seguida de un gancho para escapar a la salida del portero Iker Casillas concluyó con un toque en la portería desierta.

Esta pequeña maravilla, celebrada en los brazos de los suplentes del equipo francés, "seguro que permanecerá entre mis mejores recuerdos", decía Franck Ribéry con una sonrisa: "Es algo enorme para mí y mi familia. Me he arriesgado al regatear a Casillas. Por suerte, le he cogido por la velocidad. Este gol, el primero que marco para el equipo de Francia, me ha dado confianza. Después me encontraba más cómodo. Seguí provocando y yendo hacia adelante".

Ya el 23 de junio ante Togo (2-0) había empezado fallando todos los tiros antes de realizar un pase decisivo a Patrick Vieira, autor del primer gol. Thierry Henry se apresuró entonces a felicitar al chico "porque había tenido el mérito de no bajar la cabeza después de sus infortunios".

Por desgracia, Franck Ribéry no fue tan afortunado al principio del torneo, frente a Suiza, al hacer a ciegas un pase hacia atrás a Thierry Henry. ¿Cómo sobrevivir a tantas desgracias? Hay que llamarse Franck Ribéry y saber transformar fortuitamente una plantilla con códigos calibrados.

Antes que él, otros neófitos habían sido puestos en cuarentena por los antiguos por haber sido o demasiado modestos o demasiado charlatanes o sobre todo demasiado cortesanos. Con su candor, su ingenuidad, el muchachito de Boulogne-sur-Mer ha sido adoptado con una mezcla de afecto y estupor ante la audacia de esta pieza obtenida en el último momento.

Según ha confesado el propio Raymond Doménech, Franck Ribéry fue el último de los 23 jugadores seleccionados. Un final de temporada trepidante, con excepción de una final fallida de la Copa de Francia ante el Paris-Saint-Germain permitió al canalizador del juego ofensivo del Olympique de Marsella coger el último tren para Alemania sin haber sido seleccionado anteriormente. Los tres partidos de preparación para el Mundial le permitieron hacerse un traje de comodín a medida. Mejor aún, cambió el orden del antiguo régimen azul llegando a permitirse una primera titularidad ante Suiza.

Desconocido hace sólo dos años, cuando engañaba en un casi anonimato a los defensas del National (ex tercera división), Franck Ribéry vive su "buena suerte" día a día, sin mirar nunca hacia atrás. En poco más de un mes quizá vista la camiseta del Olympique de Lyon. Sería, en el camino a las cimas, su séptimo club desde el verano de 2001. Pero desde el sábado, es Roberto Carlos el que se perfila en su camino. "¿Brasil? La realización de un sueño", se entusiasma. "En ese equipo sólo hay super jugadores. Como en el nuestro". Con su joven descarado, los abuelos bleus pueden envejecer tranquilamente.

© Le Monde / EL PAÍS

Ribéry celebra su gol, el del empate de Francia, ante la mirada de los suplentes de España.
Ribéry celebra su gol, el del empate de Francia, ante la mirada de los suplentes de España.ASSOCIATED PRESS

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