Adrenalina en 55 segundos

Boca abajo. Colgado a 50 metros de altura, empieza a masticarse lo que a uno se le viene encima. Pero la realidad, al menos su constatación, comienza 55 segundos después y 450 metros más allá. Cuando el tiempo, y no el de los relojes, vuelve a ponerse en marcha.

Ayer se presentó Abismo, el nuevo artefacto del Parque de Atracciones de Madrid. Una montaña rusa de 450 metros de longitud y 49 metros de altura, que se alza donde, durante 36 años, 77 millones de personas gritaron a bordo de las vagonetas de 7 picos, la primera montaña rusa del parque.

La atracción posee el récord de altura a la que uno queda suspendido boca abajo. Los 12 pasajeros de los vagones sólo están sujetos por una barra de protección en la cintura, sin el clásico arnés en los hombros que impide la movilidad. "La seguridad está garantizada", aseguró el director del parque, Ignacio Díez.

Además, los asientos están colocados en pendiente, por lo que no restan visibilidad ni emoción a los pasajeros traseros. Gracias al invento, se alcanza un vértigo extraordinario y una velocidad de 100 kilómetros por hora en la zona llamada "la colina", una subida tras la que sólo se ve el cielo de Madrid. Luego, se vuela durante dos segundos. Que no terminan nunca.

Tras el desconcierto inicial, la adrenalina. Y la euforia. La mayoría quiere repetir. El segundo viaje es mucho mejor. "Yo vengo casi cada día, y esto es de lo mejorcito que he visto aquí", aseguraba Borja Sánchez, de 21 años y poseedor de uno de los bonos anuales del parque que permite asistir a diario al recinto. Un experto.