El Astaná pretende pasar el control médico de la ronda francesa

La patata caliente se encuentra sobre la mesa del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS), organismo dependiente de la Agencia Mundial Antidopaje que decidirá en los próximos días sobre la participación o no del Astaná-Wurth en el Tour de Francia. La organización de la carrera francesa excluyó el lunes al equipo de Manolo Saiz, antiguo Liberty, por la implicación del director deportivo y de 15 de sus corredores en la Operación Puerto, pero la sociedad gestora del equipo, Active Bay, recurrió al TAS contra la expulsión. El Tribunal tiene previsto nombrar hoy a un árbitro para que estudie el recurso del Astaná-Wurth y celebrar mañana una audiencia para tomar una decisión definitiva, según confirmó ayer su secretario general, Matthieu Reeb. El viernes, como mucho, puede hacerse pública la resolución, sólo un día antes de que un prólogo de 7,1 kilómetros dé la salida al Tour en Estrasburgo. El Astaná, por si acaso, mantiene sus planes: sus componentes comenzaron a viajar a Francia y mañana pretenden presentarse al control médico previo.

Al TAS le corresponde el papel de mediador en un conflicto que ha vuelto a enfrentar a Saiz con el Tour, que ya vetó al director español en 1999, un año después del caso Festina, por "insultar" a la prueba. La organización se opone tajantemente a que el Astaná tome la salida en Estrasburgo. "No ha sido fácil tomar una decisión de este tipo, pero más de la mitad del equipo está implicado", aseguró ayer el director del Tour, Jean-Marie Leblanc. La comisión de licencias, órgano independiente de la UCI, aceptó el 22 de junio la documentación del Astaná para correr el Tour, pero la carrera francesa despidió al equipo para mantener el buen nombre de la prueba. Si el TAS dicta ahora que el grupo liderado por el kazajo Alexander Vinokúrov puede echar a rodar, al Tour no le quedará más remedio que dar su brazo a torcer y reservar la plaza de Saiz y los suyos. Eso sí, con su "tajante desaprobación". "Estamos en el terreno del crimen organizado, con gente que gana dinero poniendo en peligro la salud de los corredores y la credibilidad de las pruebas ciclistas. Hay que apartar de la competición a todos los personajes que no deban estar en el ciclismo, desde los corredores y los patrocinadores hasta los médicos o directores deportivos", afirmó ayer Leblanc.

La faena se le acumula al TAS, que ayer rechazó un recurso presentado por el Comité Olímpico Ruso para que le fuera retirada al estadounidense Tyler Hamilton la medalla de oro ganada en la prueba contrarreloj en los Juegos de Atenas de 2004. Hamilton, primero por delante del ruso Ekimov, dio supuestamente positivo por una transfusión irregular de sangre, pero un fallo en la congelación de las muestras impidió hacer el contraanálisis. Poco después, dio positivo en la Vuelta y cumple ahora una sanción de dos años.

A favor del Astaná se encuentra la Federación Kazaja de Ciclismo, que anunció ayer que el Astaná -nombre de la capital del país-, "participará en el Tour cualquiera que sean las circunstancias", según su vicepresidente, Nikolai Proskourine. El presidente de la Federación, Danial Akhmetov, es además el primer ministro de un país volcado con su gran ídolo, Vinokúrov.

En España, el portavoz de deportes del Grupo Popular en el Congreso, Francisco Antonio González, defendió a los ciclistas, a los que "no les falta razón", por el "daño a la imagen del ciclismo y del deporte español". González manifestó su malestar por la publicación del sumario, revelado por EL PAÍS: "Me preocupa que salgan a la luz pública un número de nombres de un sumario que se supone secreto. Eso está manchando a toda una especialidad del deporte español. Eso es grave. Se habla de 58 nombres y no se dicen los nombres".