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Crónica:Alemania 2006
Crónica
Texto informativo con interpretación

Brasil aparece en el Mundial

La 'canarinha' arrolla a Japón y Ronaldo, con dos goles, iguala al 'Torpedo' Muller como máximo anotador en la historia del torneo

Santiago Segurola

Brasil se aligeró de peso y edad ante Japón. Le vino de perlas soltar lastre. Ante un rival que no fue ni mejor, ni peor, que Croacia y Australia, los brasileños dieron señales de vida. No entusiasmaron con su juego, pero tuvieron momentos convincentes. El juego cobró una velocidad nueva con Cicinho, los dos Gilbertos, Robinho y Juninho. Cinco cambios nada menos. La mitad del equipo. Jugaron porque Brasil se había clasificado y no desestabilizan la escala jerárquica, que comienza en futbolistas como Cafú, Roberto Carlos y Emerson. Los tres tienen en común una larga carrera, un palmarés impresionante y la certeza de la titularidad. También tienen otra cosa en común: su declinante trayectoria. Están en la curva descendente, como Ze Roberto, que no figura en el alto mando brasileño, pero ha sido titular indiscutible en los últimos años. Sin ellos, el equipo rejuveneció su aspecto. Con un fútbol más ligero y menos predecible, se impuso sin demasiadas complicaciones a Japón, que cobró ventaja en el primer tiempo. Fue algo anecdótico. Ronaldo anotó el empate, marcó el cuarto tanto, agradeció la ausencia de Adriano y cerró el debate. O sea, se puso serio como goleador. Pésima noticia para los rivales.

RESULTADO

JAPÓN 1 -BRASIL 4

Los goles de Ronaldo merecen festejarse. Adelantó a Pelé en la lista de goleadores en la Copa del Mundo e igualó al alemán Gerd Müller, máximo realizador en la historia del torneo. Muller, un especialista en el área que no tenía ningún impacto en el juego del equipo, marcó 14 goles en tres ediciones de la Copa del Mundo. Ronaldo le acompaña ahora. Cuestionado como nunca, el delantero brasileño se recuperó ante Japón. Ya no es el futbolista que altera los partidos desde cualquier zona del campo. Es el precio que paga por dos lesiones que parecían terminales. Ronaldo ahora es un especialista, como Müller. Diferente en cuanto a estilo, pero dedicado a lo mismo: marcar goles y no participar mucho en el juego. Ronaldo está para rematar la faena, no para elaborarla.

Sus dos goles representan su estilo actual. El primero fue un remate desde el área, clínico en la definición. El segundo llegó en un violento tiro que sorprendió al portero. Goles inapelables, propios de un delantero que puede desatar una tormenta de remates en cualquier instante. Ronaldo emergió, y no sucedió por casualidad. A su alrededor estaban jugadores más adecuados a su estilo. No estaba Adriano, que es joven, tiene fama y no recibe críticas, aunque esté mucho más fondón que Ronaldo. No mezclan bien. Adriano necesita la pelota en el pie, no se desmarca ni a tiros y traslada el balón demasiado. No es el tipo de jugador que necesita Ronaldo a su lado. Se trata de las extrañas matemáticas del fútbol: uno más uno no es dos. Puede que sea cero.

Antes de que Ronaldo desplegara su poderío goleador, Brasil jugó sin la pesadez de costumbre. Este Mundial ha dado demasiadas señales del declive de Cafú, Roberto Carlos y Emerson. Son jugadores importantes, por supuesto, pero no lo que fueron. Brasil corría un peligro con ellos. Recordaba cada vez más a la selección que se estrelló en el Mundial de 1966. Aquella selección llegó con Djalma Santos, Garrincha y algunas otras estrellas que habían conquistados los dos Mundiales anteriores. El equipo se había envejecido, pero Vicente Feota, su seleccionador, atendió más a la jerarquía que a la realidad. Ya estaban Gerson y Jairzinho. Pelé tenía 25 años. Había jugadores espléndidos, pero pesaron criterios políticos sobre futbolísticos. Brasil salió eliminada de la primera ronda.

No ocurrirá lo mismo en esta ocasión. Ahora bien, Parreira tendrá que tomar decisiones arriesgadas. Tendrá que elegir entre los galones de sus veteranos y la vitalidad de los jóvenes. No parece que hay demasiadas dudas sobre Juninho Pernambucano, Cicinho, los dos Gilbertos y Robinho. Hacen más versátil y ligero a su equipo. Ayudan a Ronaldo porque Brasil se vuelve más impredecible. Tienen más energía. Ahora se avecina el trecho decisivo del torneo y Parreira tiene que elegir. Los jóvenes o los galones. Interesante situación. Japón pagó el ingreso de nuevos titulares. Habría perdido también con la envejecida versión anterior. Brasil no pierde casi nunca. La diferencia residió en el modo de conseguir la victoria. Sin deslumbrar, mostró un juego más atractivo y veloz, un fútbol que permitió a casi todos los jugadores asomar en aquellos que les distingue. Fue decisiva la aportación de Juninho, ausente en los dos partidos anteriores. Juninho es lo más parecido a un centrocampista de toda la vida, por lo menos en este equipo. Supera a Ze Roberto de punta a punta. Y tiene una ligereza que Emerson ha perdido hace mucho tiempo. Ronaldinho y Kaká se beneficiaron de su presencia. Se produjo un efecto de arrastre que se propagó por todo el equipo. Todo el mundo se sintió más libre, incluido Ronaldo. Brasil no despegó, pero apareció por fin en el Mundial.

Ronaldo, que igualó al alemán Muller como máximo goleador en los Mundiales, logra su primer tanto ante Japón.
Ronaldo, que igualó al alemán Muller como máximo goleador en los Mundiales, logra su primer tanto ante Japón.ASSOCIATED PRESS

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