La escuela de danza Roseland cierra tras 25 años de actividad
El prestigioso centro no puede hacer frente al nuevo alquiler
El desacuerdo económico con el propietario del local de la calle de l'Avenir de Barcelona, sede hasta ahora de la emblemática escuela de danza Roseland, obliga a Marta Almirall, su directora, a abandonar el campo de la enseñanza, si bien la compañía Roseland Musical continuará creando espectáculos para los más pequeños desde su nueva sede del pasaje de Sacristà, en la capital catalana.
Mañana, a las 20.00 horas, en el Sat Teatre tendrá lugar la 25ª edición de la fiesta de final de curso del Roseland y el día 14 de julio, en un acto simbólico,los alumnos bajarán definitivamente la puerta de la escuela.
"Estoy triste", afirma Marta Almirall. "Mi ilusión era renovar el contrato del local y, al mismo tiempo, llegar a un acuerdo con el propietario y alquilar todo el edificio y convertirlo en un centro de danza internacional, en el que además de dar clases a los niños, pudiera ampliar las disciplinas para los adultos. Mi sueño era crear una escuela diferente en que los niños se formaran partiendo de la danza contemporánea. No quería que se olvidaran de la danza clásica, pero sí que no fuera primordial en su formación. Pero tras numerosas conversaciones no he llegado a un acuerdo con el propietario y tengo que cerrar la escuela, con todo el dolor del alma, aunque no descarto más adelante reanudar mi actividad en el campo de la docencia".
El boom del sector inmobiliario en Barcelona y el hecho de que, desde los organismos oficiales, no se prevean las subvenciones para las escuelas de danza han llevado al Roseland a esta situación. "El precio de los alquileres ha dejado de guardar proporción con la rentabilidad del negocio. Tengo 300 alumnos, pero no gano lo bastante para afrontar el nuevo alquiler. Los organismos públicos están sensibilizados con este cierre, pero no se considera oficialmente una ayuda para estos casos. Es una pena", prosigue la directora.
La bailarina y coreógrafa abrió esta escuela de danza en 1981, su primera sede fue en la calle de Laforja, en aquellos años se convirtió en uno de los centros de danza para niños más activo y prestigioso de la ciudad, un prestigio que aumentó con la creación del Roseland Musical que ideaba espectáculos de danza pensados para los niños, que también divertían al público adulto. Títulos como Blau marí, Flit Flit, Cara Calla! y Las mil i una nit y la película Tic Tac, dirigida por Rosa Vergés, son algunos de los mágicos montajes salidos de esta fábrica de ilusiones. "Continuaré creando obras para niños, el Roseland Musical es un pionero en este campo, y su equipo no quiere renunciar a comprobar cómo el pequeño espectador aplaude y se encariña con los personajes que ideamos", dice Almirall.
La coreógrafa, pese a este trance, continúa con su constante actividad artística. En la actualidad diseña la próxima Cabalgata de Reyes de Barcelona, de la que es directora artística, y ultima los detalles de la coreografía de Los músicos de Bremen, que se estrenará en el Liceo, a principios de octubre.
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