Gonzalo de Castro
Puede tener mal día, pero ni se le nota. Está feliz con el teatro y no echa de menos la tele.
No, a día de hoy no le quedan marcas de las collejas de la Sole, y eso que han sido siete años de Siete vidas. Ahora disfruta de tiempos relajados y llega fresco cada noche al teatro María Guerrero para convertirse en Wang, el aguador que se encuentra con los dioses de La buena persona de Sezuán.
Esto de ser bueno o ser malo, es muy relativo, ¿no?
Sí, la obra que hago es un buen ejemplo. Lo de siempre: intentas hacer las cosas bien, pero siempre llega algún cabrón que te jode el día.
!Qué daño nos ha hecho Disney con los finales felices !
Es que ahí se demuestra lo primitivos y lo infantiles que somos.
¿Qué tal se vive sin hacer televisión?
Muy bien, duermo más, he recuperado las mañanas, las noches, los trasnoches
Aquí sí vale el tópico: Siete vidas ha marcado un antes y un después.
Sería absurdo negarlo, pero siete años es mucho ya. El público nos dio su favor durante todo ese tiempo, pero hay que saber parar la máquina, porque, si no, corres el peligro de jubilarte ahí, y eso es muy peligroso.
Pero ¿lo pasábais bien o eso es una leyenda urbana?
La verdad es que imperaba el buen tono, pero no dejaba de ser un trabajo diario de ocho o diez horas.
¿Anécdotas?
Miles. Recuerdo una vez, grabando una secuencia, que entraba Javier Cámara en su casa con su traje de vigilante de seguridad, le decía no sé qué a Amparo Baró y ésta le daba una de sus collejas. El otro se fue hacia atrás y le cayó una lámpara en la cabeza. Y el tío siguió con la secuencia y al final nos levantamos todos y le aplaudimos. Es un genio.
¿Quién te lo iba a decir, tú que ibas para abogado?
Sí, lo dejé en quinto y ya tenía plaza en un despacho. Pero una amiga me llevó un día a una escuela de arte dramático y me dije: "Esto es lo que a mí me gusta". Y mira.
¿Te veías de picapleitos?
Todavía me sigo leyendo sentencias, me encanta el lenguaje jurídico. Pero, bueno, no sé si hubiera sido un buen abogado.
Su mundo
BIO. Madrileño, de Carabanchel, Gonzalo de Castro nació el 2 de febrero de 1963.
EN PROYECTO. Una peli con su amigo Javier Cámara. Empiezan a rodar este verano.
ESPECIALIDAD. La pasta. Sus años de camarero en un restaurante italiano fueron un master de cocina.
UN BUEN VICIO. El chocolate.
PENSAMIENTO MATUTINO. Hace años se levantaba pensando en el tabaco. Ahora dice: buenos días, mi amor, ¿quieres un café?
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