"Valentino ha tenido que espabilar porque Pedrosa no pone excusas"
Tras convertirse en el primer icono del motociclismo moderno, Mick Doohan (Brisbane, Australia; 1965) se retiró en 1999, con cinco títulos mundiales en el bolsillo y una retahíla de récords, tras sufrir un accidente en Jerez que le destrozó la pierna derecha, ya maltrecha de una caída anterior. Siete años después de dejar las carreras, El Diablo de Tasmania, como se apodaba al australiano en sus tiempos de piloto, centra ahora parte de su tiempo en ejercer de comentarista televisivo. Cuando se relaja, bien sea en su residencia de Montecarlo o en las antípodas, lo hace sosteniendo en su mano una copa de vino Sirromet: un Cabernet Sauvignon cosecha de 2002 con la foto de Doohan en la etiqueta. Se comercializa desde las bodegas, ubicadas en Queensland, en Australia, o desde la página web oficial del ex piloto al precio de 53 dólares la botella. En cada una de las etiquetas se observa una foto suya de 1997, encaramado a su Honda NSR 500 y portando la bandera de su país tras alcanzar su cuarto título consecutivo en la cilindrada máxima.
"La Moto GP necesitaba a la nueva generación. Han llegado hambrientos y demuestran ser descarados. Muchos pilotos viejos se habían aburguesado"
"Lo que más destaca de Pedrosa es que está muy concentrado en ganar sin reparar en el esfuerzo. Está quemando todas las etapas para ser campeón"
Pregunta. ¿Cuánto ha cambiado el motociclismo desde que usted lo aparcó?
Respuesta. No ha cambiado mucho. Algunos nombres sí son distintos, pero muchos otros sobreviven al paso del tiempo. El motociclismo ha evolucionado y las motos también. Es el camino natural.
P. Usted corrió en 500cc antes de la era de la MotoGP. Ahora las motos son más potentes, pero las ayudas electrónicas facilitan su manejo. ¿Cree que la electrónica ha corrompido el motociclismo más puro?
R. La electrónica está ahí y, si les gusta a los pilotos, ¿por qué no usarla? Si el uso de la electrónica perjudicara la sensibilidad de los pilotos encima de la moto, sí sería un problema. Pero, si ellos aseguran que con ella pueden sacar más rendimiento a las motos, no veo por qué no usarla. Estos sistemas harán mejor a un buen piloto, pero no convertirán en bueno a uno que no lo es.
P. Tras su último triunfo en Mugello, Valentino Rossi ya le ha superado en número de victorias en la clase reina y este año puede sumar su sexto título mundial en MotoGP, uno más que usted. ¿Habría preferido que se marchara a la fórmula 1?
R. En absoluto. Me encanta verlo ganar carreras de motos. Es un lujo. Las estadísticas no son importantes para los pilotos. Rossi está dibujando su carrera como yo dibujé la mía. Él trata de alcanzar los retos que se autoimpone. Creo que es bueno que siga así. Yo hice lo mismo. Un buen piloto debe ganar carreras y tratar de lograr títulos. Él no compite conmigo del mismo modo que yo no competía con lo que logró en su día Agostini.
P. ¿Identifica algún punto débil en el pilotaje de Rossi?
R. Si los tiene, los esconde de forma magistral. Ha ganado cinco títulos de MotoGP: sus puntos fuertes son muchos más que los débiles que pueda tener.
P. Pero hasta ahora esta temporada había atravesado muchos más apuros que en las anteriores.
R. Aunque ya no compito, sé que la teoría en este deporte se mantiene igual que cuando yo corría: la moto debe estar a punto, al ciento por ciento, para ganar carreras. Hasta ahora, su moto no andaba fina y tenía evidentes problemas. Pero es algo normal porque cuánto más empujas más problemas encuentras. El reto está en superarlos y encontrar el límite de la moto y el tuyo. Además, han aparecido nuevos pilotos como Pedrosa y Stoner, que son duros competidores para Rossi.
P. ¿A qué se debe el alboroto que ha causado la irrupción de estos dos jóvenes?
R. La MotoGP necesitaba a la nueva generación que ha llegado. Hasta ahora había muchos pilotos viejos que se habían aburguesado demasiado, en parte debido al dominio de Rossi. Ahora han tenido que espabilar porque estos dos no ponen excusas. Los novatos han llegado hambrientos y están demostrando ser descarados, algo muy bueno para el campeonato.
P. ¿Cuál es la principal virtud de Dani Pedrosa?
R. Es un cúmulo de ellas. Lo hace muy bien. Eso salta a la vista. Lo que más destaca de él es que está muy concentrado en ganar. Éste es el ingrediente número uno que un piloto precisa para estar delante. Además, es rápido, lo que es aún mejor. Su dedicación se centra exclusivamente en buscar el camino que lo llevará a ganar sin reparar en el esfuerzo, que es inmenso. Eso lo puedo certificar. Pedrosa está quemando todas las etapas que un piloto debe atravesar para ser campeón del mundo.
P. ¿Tiene algo de lo que los demás carezcan?
R. Es campeón del mundo de 125cc y de 250cc, lo que ya demuestra que tiene mucho talento. Está claro que los demás también son buenos, pero hasta ahora Dani ha demostrado sacar más provecho de las ocasiones que se le han presentado.
P. ¿Se aventura a predecir el próximo campeón mundial de MotoGP?
R. Para nada, y menos este año. Si lo supiera, habría apostado mi dinero. No sabría decirlo porque no soy muy bueno a la hora de pronosticar ni victorias ni títulos mundiales. Me lo preguntaban cuando corría y mis vaticinios eran rematadamente malos.
P. Usted fue el símbolo del motociclismo del mismo modo que ahora lo es Rossi. ¿Quién puede ser el próximo?
R. Lo único que puedo asegurar es que Valentino aún no está acabado. Queda Rossi para días.
P. El italiano tiene a su lado a Jeremy Burgess, el jefe de mecánicos que heredó de usted. ¿Qué porcentaje de culpa ha tenido Burgess en sus éxitos y en los de Rossi?
R. Burgess fue muy importante para mí como también lo está siendo para Rossi. Es muy fácil hablar con Jeremy. Eso es vital en la relación entre un piloto y su mecánico de mayor confianza.
P. ¿Qué tiene él para ser tan deseado?
R. No es nada egoísta. Piensa en el piloto, le escucha y trabaja muy bien en equipo. Tiene mucho talento y se ha unido otra vez con un piloto muy bueno. La combinación es inmejorable.
P. ¿Es posible que un piloto entable amistad con otro de su misma parrilla?
R. Sí, siempre que entiendas que, cuando la carrera comienza, tus amigos pasan a ser rivales hasta la bandera de cuadros. Se pueden hacer amigos dentro del paddock, pero no estamos aquí para eso, sino para ganar las carreras.
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