Tan alemanes, pero no tanto
Expos, Mundiales, Juegos, Eurovisiones son escaparates para poner una ciudad, un país, en el mapa. Desde el punto de vista de la idiosincrasia española, la necesitad del deporte (Mundial 82, Juegos 92) para que el mundo valore nuestras nobles cualidades siempre pareció una frivolidad, un insulto a nuestra incuestionable categoría genética. Sin embargo, la seria Alemania se ha abrazado desesperadamente al balón para sacar sus demonios. Y con una mujer. Todos los estereotipos rotos.
Recién llegada al poder, Angela Merkel vio en el Mundial de fútbol la oportunidad histórica para la catarsis de Alemania y la salida de su depresión económica y anímica; el remedio a su falta de confianza. Gracias a la televisión que todo lo llena (el 98% de los habitantes del mundo tiene acceso a un televisor; el 1% en el torneo de 1954), pero también a Internet (más de mil millones de conexiones), se desmorona día a día la topicoteca de cada cual. A Der Spiegel, junto a The Guardian o la BBC ejemplos de buen viejo periodismo adaptado a las nuevas tecnologías, se le ha ocurrido crear la Biblia para Sobrevivir en Alemania (service.spiegel.de/cache/international). Aprovechando la llegada de tantos extranjeros de países diferentes, la página de Internet invita a que cuenten cómo ven a los alemanes. También los lugareños pueden reírse de sí mismos. Es una ventana perfecta para desentrañar el alma alemana. ¿Es cierto lo de bebedores de cerveza? Quizás el dato de 115 litros por alemán/año dé pistas. ¿Por qué nunca dicen "entschuldigung" (perdón) cuando te obstaculizan en la calle? ¿Por qué es tan difícil tirar algo a la basura? ¿Por qué un peatón alemán espera, a las tres de la madrugada, a que el semáforo se ponga verde?
La imagen de Alemania es hoy la de un país alegre, colorista y achicharrado por un sol africano; un país invadido por la anarquía de banderas y pasacalles. Con la llegada del balón ha demostrado que no es un país cuadrado, que se divierte o, mejor, que deja que otros se diviertan. Al fin y al cabo en la Biblia... también hay preguntas tan familiares como ¿Por qué no guardan el orden en la cola? ¿Por qué hay en la calle tantos excrementos de perro? Y lo más sorprendente de todo, ¿saben que Alemania es un país de quejicas, donde todos piensan que el mundo va a peor y que nada tiene solución? ¿Les suena?
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