Un zapato bomba causa 11 muertos en una mezquita

Once personas murieron y otras 25 resultaron heridas ayer en un atentado cometido en el interior de la mezquita chií de Buratha, una de las más antiguas de Bagdad, a pesar de las extremas medidas de seguridad desplegadas por las fuerzas del orden iraquíes en torno al templo.

El autor de la matanza escondió los explosivos en sus zapatos. La mezquita de Buratha ya fue objeto de un triple atentado suicida, el pasado 7 de abril, que dejó 90 muertos y 175 heridos, uno de los más sangrientos sufridos por la capital iraquí.

El ataque terrorista se produjo al mediodía, hora local, cuando los fieles empezaban a congregarse para la oración semanal. El imán de la mezquita, jeque Jalaludin al Saghir, aseguró que él personalmente era el objetivo. "Los explosivos fueron introducidos en dos pares de zapatos. Uno de ellos fue encontrado gracias a un detector, pero el segundo par fue introducido en la sala de oración", dijo el imán, quien explicó que la policía, alertada por el primer descubrimiento, procedió a controlar todos los zapatos de los fieles, pero cuando se aproximaba al terrorista, que tenía los suyos al lado, éste activó el explosivo.

El imán responsabilizó a Al Qaeda del ataque. El nuevo Gobierno iraquí ha prometido acabar con la insurgencia y la violencia sectarias.