El Unicaja toma ventaja sobre el Tau

La final de la ACB promete emociones fuertes. No cabía esperar menos del carácter de sus dos protagonistas. Dos equipos, los mejores de la Liga regular, que se aplican con intensidad, que no entienden de rendiciones, que nunca dan su brazo a torcer. El Unicaja y el Tau protagonizaron un partido igualadísimo, mucho más de lo que dice el marcador.

Unicaja derrotó al Tau por desgaste. Porque supo persistir en lo que mejor hizo durante los tres primeros cuartos del partido, anular a Luis Scola, proclamado uno de los dos mejores pívots de la Liga por segundo año consecutivo. Se empleó en ello de forma obsesiva, siempre buscando la anticipación, cortándole las líneas de pase, sin concederle un metro.

Durante buena parte del encuentro pareció que no sería suficiente. Con Scola anulado y arreglados los desperfectos que en los primeros compases hizo en la defensa malagueña el húngaro Kornell David (sus siete puntos fueron los primeros de su equipo), tomaron protagonismo los hombres exteriores. Erdogan y Ukic marcaron en el primer tiempo el ritmo del partido. En el Unicaja nadie acertaba a parar sus penetraciones ni sus tiros inverosímiles. Con los dos exteriores al mando, el Tau marcó el ritmo del encuentro, y aunque siempre con márgenes muy estrechos, mantuvo la delantera en el marcador casi siempre, excepto en los finales de cuarto.

En el Unicaja, Daniel Santiago volvió a ser determinante. El gigantón puertorriqueño mantuvo a flote a su equipo en los peores momentos, y abrió el único resquicio por el que Unicaja pudo penetrar en la excelente defensa vitoriana. Jorge Garbajosa, el otro mejor pívot de la Liga, tardó mucho en aparecer. Eso sí, lo hizo mediado el tercer cuarto con dos triples consecutivos que pusieron a su equipo por delante en el marcador, justo cuando venía de pasarlo peor. Ya nunca perdió la delantera.

Tiene fama el Unicaja de administrar como nadie sus ventajas en el marcador. Su defensa en el último cuarto fue encomiable. Berni Rodríguez volvió a evidenciar su carácter y su excelente momento de forma. El Tau ya no sabía por donde hincarle el diente a su rival, Erdogan y Ukic perdieron todo el protagonismo, y en la zona el dominio malagueño era incontestable. El Unicaja fue poco a poco aumentando su ventaja porque al mejorar su defensa también lo hicieron sus opciones en ataque.

El Unicaja juega su tercera final de Liga. En la primera, hace 11 años, ganó el primer partido, pero no tenía ventaja de campo. En la segunda, sí la tenía, pero se dejó sorprender 0-2 precisamente con el Tau hace cuatro años. Ahora tiene ventaja de marcador y de campo. Las estadísticas históricas le vaticinan el éxito, pero esto no ha hecho más que empezar y queda mucha leña que cortar.