Van Persie sucede a Robben
Dos remates en cuatro minutos le bastan a una Holanda rácana para imponerse a Costa de Marfil
África perdió ayer a la admirada Costa de Marfil en la Copa del Mundo. Nada nuevo, en cualquier caso, por mucha rabia que le dé a la gente del fútbol. Incontenible, por musculosa y talentosa en la franja central del campo, pierde sentido en las dos áreas porque le falta pegada y le sobra indolencia, defectos insuperables en un torneo tan exigente y ante rivales históricos. Aunque es una selección muy joven, Holanda no es ingenua. Futbolísticamente, ayer fue incluso un equipo rácano y menor, sometido mayormente. Al final, sin embargo, selló su clasificación para los octavos de final en un ejercicio de supervivencia más que de rigor táctico. El partido se le hizo demasiado largo y, en vez de jugar al fútbol, se puso a defender dos goles. Mal asunto.
RESULTADO
HOLANDA 2 - COSTA DE MARFIL 1
A Holanda le alcanzaron dos remates seguidos, en apenas cuatro minutos, para ponerse demasiado pronto a salvo en un partido que pintaba entretenido porque las concesiones defensivas de Costa de Marfil son tan infinitas como su capacidad para llegar a la portería contraria. Aunque Van Persie le pegó muy fuerte y al arco, la pelota entró por el costado del portero a la salida de un libre directo y, acto seguido, la zaga tiró mal la línea del fuera de juego, error que permitió a Robben habilitar el gatillo de Van Nistelrooy. Apenas sin esfuerzo, simplemente agitando las bandas con dos extremos zurdos desequilibrantes como Robben y Van Persie, los holandeses desabrocharon el encuentro.
Quizá porque había denunciado el individualismo de Robben ante Serbia y Montenegro, Van Persie se tomó el partido de ayer muy en serio y fue un cuchillo para las gargantas de los zagueros de Henry Michel y también el mejor ayudante de Van der Saar, circunstancias que le hicieron acreedor al premio de mejor futbolista del encuentro. El jugador del Arsenal picó al del Chelsea y entre los dos desequilibraron el encuentro con más facilidad de la que se presumía.
Mal en su área, Costa de Marfil se desplegó, por el contrario, de forma exuberante hacia el marco de Van der Saar. Van Bronckhorst pasó muy mal rato e incluso tiró a Eboué en una jugada que muy bien pudo ser penalti. Zokora remató después al travesaño. Y Drogba acreditó que no es ni un 9 rematando ni un 10 pasando, sino un nueve y medio.
A Costa de Marfil le redimieron sus centrocampistas y sobre todo Bakari Koné en una acción que reflejó el potencial físico del equipo. Progresó desde la divisoria después de recibir de Zokora y no paró hasta que alcanzó la frontal y cruzó un disparo que batió a Van der Saar. Los elefantes le quitaron descaradamente la pelota a los oranje y pasaron a gobernar la contienda sin mayores apuros. Inferior en la línea de medios, Holanda se encogió tanto que pasó a jugar como un equipo pequeño, expuesto a cualquier error, sangrando en la defensa.
No le quedó más remedio a Marco van Basten que intervenir en la alineación. La retirada de Sneijder, sustituido por Van der Vart, certificó los problemas de autoridad del equipo en la medular. No había manera de tirar la línea de pase. Los extremos estaban inéditos y los laterales no sabían cómo sacarse el trabajo de encima. Iba y venía Cocu con tanta prisa que hasta se llevó una pelota con el brazo en el área sin que el árbitro pitara nada y Van Persie sacó un remate de gol debajo de su portería.
A Holanda le llevó un tiempo volver a entrar en el partido. A la larga, sin embargo, consiguió por lo menos alargar más el campo e intercambiar golpes con el rival. Atacaba Costa de Marfil y contestaban los chicos de Van Basten en una pugna con mucha chicha. A unos y a otros les faltó precisión en el último remate porque se contaron ocasiones en las dos porterías, aunque la última carga fuera protagonizada descaradamente por los elefantes, nuevamente extraviados en el Mundial.
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