Vecinos invasores
Dream Works recupera el tono de sus mejores obras con esta comedia llena de ritmo, frenesí y mucha diversión.
Qué puede hacer un grupo de animales que vive en un idílico bosque si cuando despierta de su hibernación descubre que tiene a su lado nada menos que una inmensa urbanización? Meterse en líos, desde luego. Más aún si anda por medio un mapache que oculta, además, un secretillo. Vecinos invasores es la nueva maravilla de la compañía Dream Works que, tras el pequeño tropezón que supuso Madagascar, recupera el tono de sus mejores obras y te propone un aluvión de ritmo, frenesí y diversión.
Vecinos invasores se abre con una vertiginosa secuencia inicial que te dejará clavado en la butaca y que casi puede considerarse un cortometraje en sí misma; en ella conocerás al mapache R. J., loco por la comida y, en especial ¡por los Doritos! Al pobre R. J. no se le ocurre otra idea que robarle las vituallas a un oso que está dormido, pero no tanto. Más tarde, este mapache será el encargado de ayudar a recolectar sus alimentos al grupo de animales del bosque. ¿Qué te plantan una urbanización
Animación. Dur.: 84 min. EE UU, 2006. UIP. Directores: Tim Jonson y Karey Kirkpatrick. www.overtheedgemovie.com |
en tu tranquilo hábitat? Pues si hay expansión inmobiliaria, habrá combate animal: los humanos viven en un mundo repleto de comida y allá que se van, a recoger todo lo que puedan, R.J. y la tortuga Verne, líder de una "familia" que incluye puercoespines, mofetas y zarigüeyas. Sus incursiones en el reino humano comienzan con una devastadora secuencia en la que la tortuga sufre en sus carnes anfi bias la "rebelión de los objetos" en unos minutos que dejan pequeñas las aventuras similares de clásicos como Jerry Lewis y Jacques Tati.
Pero no se vayan todavía, aún hay más. Guiños cinéfilos: desde Shrek, plagada de referencias literarias y también cinematográfi cas, los guiños son habituales en las producciones de Dream Works; aquí los hay para todos los gustos: desde el seto que delimita la urbanización, al que los animales se acercan como los monos de 2001 a su monolito, hasta algunas de las trampas electrónica del mundo humano, recién salidas de Misión imposible; o el gato guardián de una de las casas que, enamorado de la mofeta Stella, grita de la misma forma en que lo hacía Marlon Brando en Un tranvía llamado Deseo.
Éstos son unos cuantos, pero hay más; eso sí, te toca descubrirlos por ti mismo.
MILAGROS DE LA TÉCNICA
No es cuestión de desvelarte más argumento, es obligatorio hablarte de las excelencias de la animación: cuando parece que ya está todo inventado, los técnicos de Vecinos invasores despliegan talento y exprimen sus ordenadores para filmar los más de diez millones de pelos que tiene el gato Tiger, las increíbles colas de mapaches y ardillas, y los pinchos de los puercoespines, en constante movimiento.
Ah, pero además de la tecnología digital, los animadores de la factoría Dream Works saben recurrir a tretas más caseras: para lograr empaparse del punto de vista de los animales, que siempre miran de abajo a arriba cuando se encuentran en el mundo humano, caminaron ellos mismos a gatas por el estudio durante la preparación de la película; o, simplemente, ataron una cámara al lomo de un perro y estudiaron los sugestivos encuadres logrados.
Si aún puedes ver cine con ojos asombrados, Vecinos invasores te garantiza que los abrirás, y mucho. Y te promete gags de lo más hilarantes, como el que resulta de abrir una bolsa de Doritos que se convierte en un remedo de ¡bomba atómica! (claro que, en las últimas secuencias, los guionistas idean cierta cosilla que afecta a toda la galaxia; estáte atento); o una descacharrante parodia a costa de la brutal potencia del sonido THX.
Entre todas estas risas, la película, además, se ríe sin piedad a esos otros animales que somos los humanos; claro que no es una burla salvaje, pero sí significativa, que se resume en la impagable respuesta de una madre a sus dos hijitas asustadas: "id a casa, comeros una galleta y ved la televisión". Así que déjate llevar por el zarandeo que propone una película que también incluye secuencias
tiernas para echar alguna lagrimilla y que, otro aliciente, no nos muestra a los animalitos cantando o bailando empalagosas o modernas canciones.
De qué va
La vida de un grupo de animales se altera al descubrir que, en su bosque, se ha construido una gigantesca urbanización; lograrán que los humanos tampoco puedan estar tranquilos. Magia a cargo de la factoría Dream Works.
Voces populares
Como ya es habitual, actores muy conocidos están detrás de los personajes animados. La versión original es deslumbrante, no menos la española.
Bruce Willis y Michel Brown: Dan voz a RJ, el protagonista, un mapache egoísta y solitario que aprenderá el valor de la amistad.
Garry Shandling y Luis Merlo: Interpretan a Verne, una tortuga anciana y sabia que recelará desde el primer momento de RJ.
Steve Carrell y Eduard Soto: (el Neng). Ambos son Hammy, una ardilla simpática y alocada que creará todos los chistes.
Para abrazar
PELUCHES. ¡Qué monos!
El lanzamiento de una película susceptible de gustar a los niños es (casi) lo de menos. Menús de hamburgueserías, camisetas, llaveros... o peluches son complementos súper lucrativos. Todos los personajes cuentan con su muñequito. www.toysrus.es.
MODELOS: "Este bicho me recuerda a alguien", uno del público.
SI ALGUIEN CREE ver a uno de sus actores favoritos detrás de algún personaje no anda desencaminado. Los animadores se inspiraron en Fred Astaire y Bugs Bunny para el mapache RJ. Sandra Bullock fue el patrón para crear a la mofeta Stella y Jack Lemmon el de la tortuga Verne. Estad atentos.
Ritmo: Secuencias de acción muy variadas que culminan con un camión desbocado por los animalillos.
Voces: En V.O, un desternillante Bruce Willis y Steve Carrell. Doblada, Edu Soto (el Neng) y el "Gavilán" Michael Brown.
Sátira: No pierde ocasión para reírse de la necedad de los comportamientos humanos.
Babelia
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