Félix J. Palma narra el descenso a los infiernos de un hombre en una novela

"Confieso que le he llamado novela para guardar las apariencias". Félix J. Palma (Sanlúcar de Barrameda, 1968) siempre ha adorado los relatos. Los ama por su estructura, su forma, por la esencia de su historia condensada. "No me permitiría nunca una relación extraconyugal con ellos". No considera haber sido infiel con Las corrientes oceánicas (Algaida), su segunda novela, XV Premio Internacional Luis Berenguer. "Un relato es toda aquella historia que conserva la esencia del cuento aunque tenga 300 páginas".

Su nuevo libro narra la historia de un hombre desahuciado por la felicidad. Su hijo de siete años ha muerto y su mujer le ha dejado. Toma la decisión de poner fin a su vida llena de infortunio pero antes decide recorrer por última vez su casa. En ese viaje por el hogar redescubre la habitación de su hijo, intacta como "las capillas donde se va a llorar".

La idea de la novela surgió precisamente de esa imagen. De esos cuartos de niños fallecidos que sus padres conservan como si fueran santuarios, donde nada se altera para no traicionar la memoria. "Siempre me ha impresionado la liturgia de la muerte", explica el autor.

El protagonista encuentra en la habitación un rompecabezas al que le falta una pieza. En vida, le había prometido a su pequeño que le ayudaría a encontrarla pero no cumplió su palabra. Es el dibujo de un tigre y el ojo es el elemento ausente. Antes de suicidarse, el hombre se promete a sí mismo encontrar esa pieza como un tributo a su hijo. La búsqueda, llena de dificultades, retrasará la consumación autodestructiva y le llevará a un descenso a los infiernos, del que saldrá, según describe Palma, "purificado".

La novela inserta en su desarrollo la existencia de una secta satánica, a la que termina incorporándose el personaje principal. Sus miembros se hacen llamar los incompletos. "La idea del puzzle ahonda en su mensaje. Un puzzle sólo es puzzle cuando está incompleto. Si se termina, deja de serlo", comenta el novelista.