Comandante Xabi Alonso

Brasil tiene sus delanteros y España sus centrocampistas. Al frente de todos está Xabi Alonso. Ayer contra Ucrania se situó en el medio de un trío difícil de equiparar, con Xavi Hernández a su izquierda y Senna a su derecha. Desde esta posición manejó el juego del equipo de banda a banda y desquició a la línea de presión ucrania, que no llegaba nunca a la jugada. Xabi dio pases con la soltura de un Falcao, fue feroz para defender a sus centrales y entró al remate con mucha fe en un córner que resultó capital para que España comenzara con buen pie su andadura en el Mundial. La cabeza de Xabi Alonso puso el primer gol en el marcador. "Metí la cabeza entre dos rivales y luego me di la vuelta y vi el balón dentro", recordó ayer Xabi. "No sabía lo que había pasado. No supe que había sido yo".

El gol fue el premio a un trabajo menos vistoso pero de más importancia a largo plazo. Con Alonso, la selección ha encontrado al hombre capaz de conducir el juego desde atrás, una labor que hasta 2002 monopolizó Hierro. Desde el último Mundial, sin embargo, los técnicos han buscado a alguien que inicie las jugadas y acompañe al equipo aportando el ritmo justo. A lo largo de los últimos cuatro años, por la posición de medio centro pasaron Helguera, Xavi, Baraja y Albelda. Sólo en la Eurocopa de Portugal, con Iñaki Saez, Alonso tuvo una oportunidad de jugar desde el inicio en una situación de máxima exigencia. A sus 23 años, cargarse a un equipo en crisis sobre los hombros, en Lisboa, y contra el anfitrión, le supuso un peso difícil de llevar. Pasó totalmente inadvertido.

Albelda fue el titular en toda la fase de clasificación con Luis Aragonés. Pero la lesión de Xavi Hernández, hace ocho meses, llevó al técnico a reflexionar sobre la necesidad de encontrar un centrocampista que además de meterse entre los centrales diera una salida más profunda al balón. Hace diez días, en Suiza, en un amistoso contra Croacia, el técnico se convenció de que el volante del Liverpool le podía solucionar el problema. Para ello debía quitar a Albelda porque Alonso es el tipo de jugador que necesita partir desde el medio, como él dice "con todo el campo de cara". Su instinto para la estrategia hace que se sienta incómodo cuando le mueven a un costado, o le quitan panorama.

"Sabíamos que un resultado así podía llegar", dijo ayer Alonso, muy sereno después del partido. "Sobre todo es positivo porque te da confianza. Hemos roto el hielo después de una semana en Alemania y ahora debemos pensar con tranquilidad y prepararnos para Túnez. Queda tiempo y debemos hacernos a la idea de que este grupo no será fácil. Se te puede dar un partido bien pero hay que tratar con el mismo respeto a Ucrania que a Túnez y salir a ganar, como hoy [por ayer]".

"Esos dos goles a los quince minutos nos ha dado tranquilidad para encarar todo el partido", aseguró. "Hemos controlado los 90 minutos. En la segunda parte con 3-0 y ellos con uno menos sabíamos que lo teníamos muy bien. Con el 2-0 el partido todavía está abierto. Sobre todo, la clave estuvo en el penalti a Torres. Ahí supimos que no se nos podía escapar".

Desde que dejó la Real Sociedad para jugar en el Liverpool, en 2004, el jugador de Tolosa ha crecido en experiencia. La dureza de la Liga inglesa le ha dotado de un punto de agresividad que antes no tenía. Después de dos años en Inglaterra, con una Copa y una Liga de Campeones en la vitrina de su casa, Xabi ha perdido los escrúpulos que antes le condicionaban en los marcajes. Hoy es un futbolista creativo que, además de hacer lo que ya sabía, lo más difícil, también sabe lo más sencillo, recuperar, posicionarse, quitar, y hacer de referencia defensiva cuando el contrario tiene la pelota. Con estas condiciones Luis no ha tenido posibilidades de dudar mucho. Ayer le dio el mando y España movió la pelota como si el campo fuera una mesa de billar.