Errores de película

La película de Ucrania no está nominada en ningún festival internacional pero a su director, Xavi Enríquez, esto le importa un bledo. Lo que de verdad le interesa a este cineasta nacido en Barcelona en 1972 es satisfacer la sensibilidad de Luis Aragonés, el único crítico que cuenta, y el que decide si la cinta sirve o no sirve. Si al seleccionador español no le convence el montaje, si no ve claro el relato, entonces el trabajo de Enríquez no vale para nada. El éxito depende de que la cinta pase esta censura. Resuelto el trámite se abrirá la sala. La sesión única tendrá lugar hoy entre el desayuno y los espaguetis, en el hotel de la selección española en Leipzig. La entrada es gratuita pero obligatoria para todos los jugadores.

Xavi Enríquez, hijo del ex árbitro Enríquez Negreira, es el único miembro de un cuerpo técnico presente en el Mundial que, además de tener el título de entrenador, tiene el certificado de director de cine. Suele ir en la comitiva española con aire ausente, una melena que remite al primer John Lennon y una cámara portátil Panasonic con un trípode. Su labor consiste en grabar y editar imágenes de la selección y de sus rivales. Filma los entrenamientos y los partidos. Al cabo de la jornada hace una edición con el programa Final Cut, que sirve para cortar películas de cine. Descubre errores en el equipo propio y en el ajeno. Los compacta y los expone a Luis Aragonés para el análisis. Al día siguiente el entrenador hace correcciones o acomoda los ensayos a las características del adversario.

Cuando Luis Aragonés fichó como seleccionador se llevó a dos técnicos: el preparador físico, Jesús Paredes, y Xavi Enríquez. Con el director de cine llevaba diez años trabajando. Su película más clásica al servicio de Luis es un compactado de jugadas de Roberto Carlos desprotegiendo a la defensa del Madrid. Hoy Enríquez también graba los entrenamientos. Ayer se apostó en un rincón del estadio de Leipzig para filmar los 15 minutos abiertos del entrenamiento de Ucrania. Fue la última escena de la película que cerró ayer, y que contiene una compilación con combinaciones en el medio campo y jugadas de ataque de Ucrania.

El film de hoy se centrará en una faceta de Shevchenko poco estudiada: sus remates de cabeza en las jugadas a balón parado. Por lo demás, contiene pequeñas historias de personajes secundarios. Hombres anónimos como Yezersky, un lateral derecho que sorprende con sus incorporaciones; muchachos bisoños como Rusol, que inicia las jugadas en vertical; o centrales que se las saben todas como Vaschuk, capaz de lanzar al veloz extremo Gusev, por la derecha, o a Rotan, por la izquierda.

El desenlace revelará la versatilidad de los jugadores ucranios y su capacidad para canalizar el juego por las bandas en transiciones rápidas. Se expondrá que la táctica de la selección eslava no será llegar al área de Casillas tocando sino a toda pastilla. Sin pausa y con la intención principal de alcanzar la frontal para ensayar tiros de media distancia con sus pegadores: Tymonschuk, Husin y Shevchenko.

La película de Ucrania no puede durar más de 15 minutos. Enríquez apela a un estudio científico que asegura que la mente de un joven de 25 años (la media en el equipo) sólo tiene capacidad para concentrarse a pleno durante un cuarto de hora. Este es el tiempo máximo continuo de que dispone el cerebro para captar conceptos. El estudio concluye que pasarse en un minuto sería fatal. Si la película durase 16 minutos la mayoría de los jugadores no sólo dejarían de prestar atención en el minuto extra. Además perderían la información archivada en los 15 anteriores. Entonces, ¿quién salvará a España de Yezersky?