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Reportaje:

Nadal reta a la hierba

El bicampeón de Roland Garros se plantea seriamente su asalto a Wimbledon, aunque se concede un margen de "tres años"

La fiesta de celebración fue muy restringida. Rafael Nadal ganó el domingo su segundo título de Roland Garros consecutivo y por la noche cenó con su familia y algunos amigos en un restaurante de la plaza Trocadero, de París, con vistas a la torre Eiffel. Luego, de discoteca hasta altas horas de la madrugada. Nada especial porque ayer Nadal acudió a un acto organizado por el ATP Tour y viajó después a Londres para iniciar su preparación con vistas al torneo de Wimbledon.

La hierba releva ahora en el protagonismo a la tierra batida y en ella comienza el reino de Roger Federer. Derrotado por Nadal en su primera final parisiense, el suizo acusó el golpe con algunas reacciones subidas de tono en su conferencia de prensa, impropias de él. En definitiva, tendrá poco tiempo para la reflexión. Intentará olvidar su mal trago en la única cita del Grand Slam que aún no ha ganado buscando el triunfo en la catedral, en la que sus golpes podrían abrirle una alfombra directa hasta su cuarto título sucesivo. Nadie le ha ganado en ella desde su primer éxito, en 2003.

Para Nadal el objetivo no es todavía ganar. Por el momento, se plantea dedicar tiempo a la hierba para aprender a moverse en ella y acostumbrarse a los detalles indispensables que debe cambiar en su juego para adaptarlo a las características de las pistas británicas. "Me doy tres años para intentarlo", comenta; "para jugar bien allí hay que tener buenas sensaciones con la cancha, entender el tenis sobre la hierba, moverte mejor hacia adelante o hacia atrás, acostumbrarte a las bolas deslizantes... Entiendo la tierra y el cemento. Me falta la hierba".

Hoy comenzará Nadal a entrenarse para el Queen's, en el que mañana debutará. Ha decidido realizar una preparación intensiva y pasarse al menos tres semanas en Londres pisando la hierba. "Podrían ser cuatro si las cosas me van bien", advierte. Pero el objetivo no es fácil. "¿Por qué?", se pregunta el legendario rumano Ilie Nastase; "Nadal es un tenista que evolucionará y acabará jugando bien en cualquier superficie porque es especial. Además, no hace falta jugar siempre con el saque y la volea para ganar en Wimbledon. Los casos de Bjorn Borg, Andre Agassi y Lleyton Hewitt lo acreditan".

Todos aplauden el interés que Nadal demuestra en mejorar los aspectos más oscuros de su juego. "Habrá un día en que perderá parte de la motivación y la mentalidad que ahora tiene. Entonces, le harán falta más cosas para seguir ganando", avisa el ex campeón Boris Becker; "pero estoy seguro de que conseguirá jugar bien en la hierba"-

Nadal sorprendió en 2003, en su primera actuación en Wimbledon, cuando alcanzó la tercera ronda, superando a Ancic y Childs antes de perder con Srichaphan. En 2004 no pudo participar por una lesión y en 2005 perdió en la primera ronda de Halle y en la segunda de Wimbledon ante el luxemburgués Gilles Müller. "Perdí la concentración. Espero que no me ocurra esta vez", explica; "si alguien me dice que puedo ganar Wimbledon no le trataré de loco, pero le diré que se arriesga mucho".

Por el momento, no se plantea hacer como Manuel Santana o Ivan Lendl, que renunciaron a Roland Garros para preparar Wimbledon, aunque el estadounidense de origen checo nunca lo ganó. "He preguntado y resulta que Borg se iba a Suecia tras Roland Garros y aparecía en Wimbledon unos días antes. A lo mejor debo hacer igual", concluye.

Nadal, con el Arco del Triunfo al fondo, alza el trofeo de Roland Garros.
Nadal, con el Arco del Triunfo al fondo, alza el trofeo de Roland Garros.REUTERS

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