Ojo al audio

Lo dijo Maradona nada más entrar en el Allianz Arena de Múnich, "aquí sólo se puede jugar al fútbol y bonito". La prueba es que en la ceremonia inaugural, que siempre intenta ser "una feliz combinación de tradición y modernidad", aquellos tiroleses de pantalón corto que tocaban el tambor y sus muslos chirriaron más de la cuenta en esa maravilla arquitectónica de Herzon&De Meuron, y el patético intento de fusionar el viejo rock de Groenemey con algo de hip-hop (misión y fusión imposibles) resultó más bávaro que otra cosa. Pero a mí nadie me quita de la cabeza que los seis goles que disfrutamos en la inauguración, todo un récord, estuvieran directamente influidos por la arquitectura de ese zepelín luminoso que se llama el Allianz Arena. En un escenario tan vanguardista están prohibidos los ritmos folklóricos y los empates rácanos. El Allianz Arena, aunque no lo hayamos visto de noche y coloreado, que es como lo hay que ver, sólo tiene como misión fabricar antigua adrenalina futbolera.

O sea, que el Mundial empezó muy bien, bajo el signo trinitario del futurismo arquitectónico, la globalización audiovisual y el cambio de decorado doméstico, porque esta vez, también por vez primera, veremos al esférico rodar en pantallas planas grandes, de Internet o en el videoteléfono.

La pregunta patriótica es: ¿qué podemos aportar, audiovisualmente escribiendo, a un Mundial tan de vanguardia? Dado que las imágenes son la de la FIFA y la táctica de Luis, mucho me temo que sólo nos quede revolucionar la banda sonora, además de la subida por las bandas laterales. Porque la tele, ojo, también es audio y vistos en Cuatro y la Sexta los primeros experimentos, tengo dividido mi corazón. Producimos los mejores comentarios y comentaristas del planeta fútbol (Maradona, Valdano, Robinson, etcétera), pero también los decibelios patrióticos más chirriantes de la globalización. El agro-rock del Koala, el bombo de Manolo, el remake no irónico del viejo pasodoble de Canal +, el A por ellos que aúlla Luis. Y juraría que este audio no encaja ni hace goles en la estética del Allianz Arena.