El largo parto del pacto

Se ha avanzado, pero la solución aún no está al alcance y, en todo caso, requerirá compromisos, concesiones y grandes esfuerzos por parte de todos. El proceso abierto en Esquerra Unida del País Valencià y en el Bloc Nacionalista Valencià para tratar de alcanzar un pacto electoral de los partidos de la izquierda, nacionalistas y verdes, con la vista puesta en las elecciones autonómicas del próximo año, se ha materializado hasta ahora en poco más que declaraciones de buena voluntad. Eso sí, refrendadas esta misma semana por las direcciones de las dos principales formaciones, que han mantenido contactos durante los últimos meses para explorar las posibilidades de alcanzar finalmente un acuerdo. Un acuerdo que es casi un clamor en el entorno sociopolítico de EU y del Bloc, que desea un relevo en la Generalitat. Y ese entorno es el que más está empujando para que el acuerdo llegue a buen puerto. De momento sólo se ha avanzado en cuestión de programa y en el convencimiento de que el pacto tendría que ser lo más amplio posible. Pero cuando llega el momento de la concreción -el nombre, las candidaturas, la campaña, el programa conjunto- siempre se generan nuevas tensiones.

Los principales puntos de discusión serán el nombre, las listas y el grupo parlamentario

La resolución deberá ser refrendada por las instancias superiores de los dos partidos

La comisión permanente de EU y la ejecutiva nacional del Bloc celebraron el martes sendas reuniones en las que se abordaron las propuestas relativas a pactos electorales. En el caso de EU se aprobaron por unanimidad los "requisitos mínimos" que deben formar parte "de un hipotético acuerdo electoral con otras organizaciones": que el pacto, sin exclusiones, tendrá que ser de ámbito autonómico y se tendrá que articular en torno a un programa de izquierdas, valencianista y ecologista, sin "diluir" la imagen ni la denominación de EU. Por su parte, la ejecutiva del Bloc aprobó, por 20 votos a favor y uno en contra, una propuesta de resolución que insta a negociar un acuerdo electoral, "nacionalista y de izquierdas", a partir de la representatividad electoral de cada uno de los partidos políticos que han mostrado interés en formar parte, "garantizando la presencia nítida de las siglas y del perfil valencianista y de izquierdas del Bloc".

Las decisiones adoptadas por las dos formaciones deberán ser refrendadas por sus respectivas instancias superiores. El Consell Nacional de EU -máximo órgano del partido entre asambleas- se reunirá al efecto el próximo día 17 y el del Bloc lo hará el 1 de julio. De esta manera, y si en ambos casos la decisión es en positivo, a lo largo del mes de julio se iniciaría la fase final de las negociaciones. Pero de momento en ambas formaciones se apuesta por la prudencia, sobre todo en EU, donde persisten algunas reticencias internas, y no tanto en el Bloc, partido en el que la apuesta por el pacto es prácticamente unánime. No en vano, EU ya está en la actualidad en las Cortes Valencianas, con seis diputados, mientras los nacionalistas se enfrentan al peligro de quedarse nuevamente fuera si no superan la barrera del 5%, como les sucedió en 2003.

"El Consell Nacional concretará el inicio de las conversaciones, sobre la base de la propuesta de debate aprobada el martes por la permanente", dice Glòria Marcos, coordinadora de EU. Y será el Consell Nacional el que marcará las prioridades, que Marcos resume así: derrotar al PP, evitar el bipartidismo y mantener de forma nítida el proyecto de EU. También se muestra prudente Pasqual Mollà, líder de la corriente nacionalista de EU, Esquerra i País y uno de los negociadores por parte de esta formación. Hay "buenas perspectivas", reconoce, "pero ahora queda lo más difícil, que es concretar". Por su parte, el secretario general del Bloc, Enric Morera, no necesita mostrarse tan prudente en el plano interno, porque el apoyo al acuerdo es prácticamente unánime en el seno de su partido, aunque sí en lo que respecta a las relaciones con EU. "Se ha visualizado una voluntad y ahora se ha de materializar en un acuerdo", señala Morera, que añade: "Nosotros hemos hecho los deberes más pronto y EU aún tiene por delante su asamblea". El dirigente nacionalista considera que sería "gravísimo" que no se llegara a un pacto multilateral, un acuerdo que considera "clave para ilusionar y empezar una larga movilización ciudadana y cívica" que culminaría con las elecciones del último domingo de mayo de 2007.

En todo caso, todos coinciden en que el nombre, las listas, la campaña y la configuración del grupo parlamentario serán los principales motivos de discusión a partir del momento en que se inicie el último tramo de las negociaciones. En lo referente al nombre, se ha hablado de una marca paraguas, Compromís pel País Valencià, pero también de una denominación que pudiera identificar mejor a los principales integrantes de la coalición y que podría ser EU-Bloc-Verds. Y también parece claro que habría un solo grupo parlamentario. Por lo que respecta a la campaña, una vez superada la cuestión del nombre, quedaría por dilucidar todo lo relacionado con los aspectos económicos, que no es poca cosa.

Sin embargo, la confección de las listas será con toda probabilidad lo que genere mayores tensiones. No en vano, en esta cuestión entran en liza no sólo las aspiraciones colectivas de los partidos que finalmente decidan formar parte de la coalición, sino, sobre todo, los deseos personales de los posibles candidatos. El principal motivo de discusión en este sentido será la forma en que se repartirán entre los partidos los puestos de probable elección. Un reparto que normalmente se decide en función de la implantación, de los resultados obtenidos en los anteriores comicios y de las posibles perspectivas de mejorarlos que tenga cada formación. Y todo ello condicionado por los equilibrios internos de cada partido y por la paridad de sexos. Finalmente, otro escollo será el de los nombres de los cabezas de lista en cada una de las tres circunscripciones.