Rato redobla su presión para que el G-8 reduzca los desequilibrios de la economía
El elevado déficit exterior de EE UU centra la cumbre de los siete países más ricos y Rusia
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, incrementa la presión sobre el G-8, los siete países más industrializados (EE UU, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) más Rusia, para que reduzcan los llamados desequilibrios globales (déficit exterior estadounidense y superávit de China). Los ministros de Finanzas del G-8 celebran en San Petersburgo desde ayer una reunión de dos días marcada por la amenaza que supone para la economía la combinación de una subida sistemática de tipos de interés y altos precios del petróleo. Los ministros, a los que se une Rato, difundirán hoy un comunicado sobre la situación.
En una típica movida de pieza de político experimentado, Rodrigo Rato ha lanzado, en el marco de la reunión de ministros de Finanzas del G-8 -preparatoria de la cumbre anual de jefes de Estado y Gobierno, en julio- una especie de G-5, integrado por países con déficit exterior y superávit, así como otros que juegan un papel fundamental en la producción mundial del petróleo y las nuevas rentas que se derivan de los elevados precios actuales. El nuevo G-5 ha sido integrado por Estados Unidos, Japón, la zona euro, Arabia Saudí y China.
La propuesta de iniciar las llamadas consultas multilaterales para conjurar los riesgos que provocan los desequilibrios sobre la marcha de la economía mundial fue lanzada por Rato en abril pasado, en Washington, durante la reunión de primavera del FMI. Sin embargo, la concreción de este programa no se ha conocido hasta ahora, en coincidencia con la reunión de ministros de Finanzas del G-8 que comenzó ayer en San Petersburgo.
La implicación personal de Rato queda patente en el anuncio del G-5, ya que el comunicado del FMI reproduce la justificación de su director gerente. "Las economías de estos países registran fuertes superávit por cuenta corriente o déficit, o tienen una participación importante en la producción global. Su cooperación puede jugar un papel relevante en la reducción ordenada de estos desequilibrios y en el sostenimiento del crecimiento global mientras el modelo de ahorro, consumo e inversión sufre un ajuste", explicó Rato. Según fuentes del Fondo, el nuevo G-5 se reunirá en fechas próximas y permitirá contar con un primer diagnóstico a finales de 2006.
El escenario de alto riesgo que el Fondo advierte para el control de estos desequilibrios se está cumpliendo: la subida sistemática de los tipos de interés, que los economistas del FMI desaconsejan en la Unión Europea, y su combinación con elevados precios del petróleo en la línea de los 70 dólares el barril. Por ello, se trata de reunir en una mesa a países que no forman parte del G-8 y que deberían pagar una parte de la factura en la corrección de los desequilibrios, como es el caso de China.
Los ministros de Finanzas discutirán hoy un comunicado en el que se abordarán los temas de los desequilibrios y los precios del petróleo y la energía, aunque el otro gran tema -la subida de los tipos de interés- orillará como una sombra el intercambio de puntos de vista, ya que no participan en esta reunión los gobernadores de los bancos centrales. No obstante, el G-8 volverá a insistir, eso sí, en que los tipos de cambio de las principales monedas debe reflejar los elementos fundamentales de las economías.
Desde el pasado 17 de abril, antes de ser abordado en la reunión del FMI la nueva iniciativa sobre la reducción de los desequilibrios globales y una mejor relación de los tipos de cambio, el dólar estadounidense conoció una depreciación, pasando de 1,20 dólares por cada euro a 1,26 en la jornada de ayer.
Los ministros de Finanzas y el director gerente del FMI analizarán también la inestabilidad registrada en los mercados financieros y bursátiles de las últimas semanas, que han reaccionado ante la evidencia generalizada de que se ha acabado de manera irreversible la época del dinero barato en el mundo.
Presiones inflacionistas
Todo ello sucede en momentos en que se advierte el rebrote de presiones inflacionistas en Estados Unidos, que pueden provocar una subida de tipos por encima del 5% actual, un factor que provocará, según muchos analistas, la desaceleración de la economía norteamericana en 2007. Siguiendo la tendencia, el Banco Central Europeo (BCE) acaba de subir los tipos del 2,5% al 2,75% en la zona euro.
El debate sobre las amenazas que afronta la economía también estuvo presente en la Conferencia sobre los Bancos Centrales en el siglo XXI, que ayer se clausuró en Madrid. En su intervención, el vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, afirmó que el crecimiento potencial de una economía está más vinculado a las reformas estructurales que se lleven a cabo que a la política monetaria de los bancos centrales, informa Europa Press.
En la clausura también estuvieron presentes el gobernador del BCE, Jean-Claude Trichet, y el del Banco de España, Jaime Caruana, cuyo mandato concluye el 10 de julio. Caruana advirtió de que una inflación reducida puede ser compatible con una "elevada" volatilidad financiera.
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