El tortuoso éxito de Valdez
La figura paraguaya fue descubierta por un directivo alemán tras ser desechada por su seleccionador
Sólo un leve cambio en los acontecimientos ha propiciado que Nelson Haedo Valdez esté hoy enfundado en la casaca de Alemania para defender el honor de los anfitriones del Mundial. El azar pudo combinar sus elementos de tal manera que la nueva figura de la selección se quedase como un campesino en la cordillera de Caaguazú, en lo más profundo de Paraguay, o que, a sus 22 años, deambulase por las calles de Asunción ganándose la vida como anónimo vendedor de helados.
El azar ha sido un tanto tortuoso para Valdez, que hace cinco años abandonó Paraguay como un ignoto futbolista aficionado y hoy concita todas las esperanzas del país ante los problemas en la rodilla derecha de Santa Cruz, el delantero del Bayern, que es duda para el choque con Inglaterra. A Valdez -o Haedo, como le conocen en su país- le cambió la vida una combinación entre el olfato futbolístico de un hombre de negocios alemán y un ataque de ceguera momentánea del que ahora es su seleccionador, Anibal Maño Ruiz.
Nació en un pueblo junto a la sierra de Caaguazú, de una familia campesina, con el guaraní como lengua materna. A los 18 años lo fichó un equipo de la zona, el Atlético Tembetary, de Segunda. Un club grande, el Guaraní, lo reclamó para una prueba, pero al entrenador no le gustó. El técnico era el veterano uruguayo El Maño Ruiz. El chico se sintió tan deprimido que quiso dejar el fútbol y volver a casa para trabajar en el campo.
Toda la intuición que le faltó al actual seleccionador paraguayo acudió en ayuda del presidente del Werder Bremen, Juergen Born, que frecuentaba el país suramericano por asuntos de negocios. A Born le hablaron de Valdez y en 2001 lo convenció para que fuese a probar en Alemania. "No lo dudé. No quería acabar de vendedor de helados en Paraguay", explicó. Sólo necesitó un examen: en el primer partido, marcó cuatro goles. Tardó poco más de un año en debutar en la Bundesliga y hasta pudo acabar como alemán. Le encantaba al seleccionador sub 21, Jurgen Kohler, quien sugirió que se le tramitase una nacionalización rápida. La noticia de los progresos de aquel chico desconocido llegó a Paraguay, que se adelantó y lo convocó para el Mundial juvenil.
Pese a su escalada en la Bundesliga, que ganó en 2004, las reticencias del Maño Ruiz con Valdez han tardado en disiparse. Es posible que el técnico se resistiese a admitir su error, porque sólo contó con el delantero del Werder en 4 de los 18 partidos de clasificación. Uno de ellos fue el decisivo contra Venezuela, y Valdez marcó el gol que permitió que Paraguay esté en Alemania.
Es un tipo temperamental y hambriento, que no se conformaba con disputar un puesto en el Bremen al alemán Klose y al croata Klasnic. Por eso apareció feliz la pasada semana, cuando se anunció su traspaso, por 4,7 millones de euros, al Borussia Dortmund: "Estoy en el equipo que quería, voy a jugar el Mundial y mi novia está embarazada. No podría irme mejor".
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