Feliz cumpleaños, Klose

Predestinado a las Copas del Mundo, Miroslav Klose cumplió ayer 28 años y marcó dos goles. No había mejor manera de celebrarlo. Pero tampoco resultó extraño si se recuerda que ya en la anterior edición, en Corea y Japón, irrumpió casi de la nada para anotar cinco tantos, tan sólo uno menos que Ronaldo. El hasta entonces desconocido Klose convirtió tres dianas en la goleada ante Arabia Saudí (8-0). Y su cotización se disparó. Natural de Oppeln (Polonia), Klose tardó en dedicarse al fútbol a pesar de que su padre, Josef, había jugado en el Auxerre. Empezó a practicar a los nueve años, cuando su familia se trasladó a vivir a Alemania, donde el pequeño se adaptó a un lugar y una lengua desconocidos. El fútbol fue una gran ayuda en su adaptación. Pasó muchos años como futbolista aficionado hasta que Otto Rehhagel, ex seleccionador de Grecia, le dio una oportunidad en el primer equipo del Kaiserlautern. Y la aprovechó a su manera, con un torrente de goles.

Fue la fiesta del ariete del Werder, la de Lahm y la de Wanchope, al que sus rivales rejuvenecieron

Llamó la atención del entonces seleccionador, Rudi Völler, que le convocó en 2001. "Es bueno en el juego aéreo, tiene astucia, velocidad y le gusta regatear", dijo Völler de él. Justo lo que hizo ayer: un poco de todo, hasta abandonar el campo ovacionado y sustituido por otro de los héroes del anterior Mundial, Oliver Neuville. Claro que no todo fueron alegrías para él tras la Copa de Corea y Japón. Pasó una temporada muy difícil en su equipo, tratando de no descender, y salvó de la ruina al club vendiendo por cinco millones de euros sus derechos de transferencia a una empresa de lotería. En verano de 2004, fichó por el campeón alemán, el Werder Bremen, donde ha formado con Klasnic la pareja más fértil de la Bundesliga. La FIFA lo designó ayer, merecidamente, el hombre del partido.

Fue la fiesta de Klose y a ella se unió antes que nadie Philipp Lahm, lateral diestro del Bayern que actúa por la izquierda. Y que se aprovecha de ello para encontrar el ángulo ideal y conectar el disparo perfecto: enroscado y al palo más alejado. Como ayer. Tras dos temporadas cedido al Stuttgart, donde se rompió el ligamento cruzado de la rodilla, la joven promesa, de 22 años, volvió al Bayern para confirmar las expectativas. La goleada alemana la completó ya al final el centrocampista Frings, compañero de Klose en el Werder Bremen. Por algo es el equipo más goleador de Alemania.

"El calor será nuestro aliado", había pronosticado ayer al mediodía María Elena, joven costarricense, ataviada de rojiblanco, en el vagón del metro atestado que la conducía al Arena Allianz. Después, sin embargo, el sol se esfumó del campo de juego y la temperatura descendió varios grados. María Elena había pagado 127 euros en Costa Rica por una entrada. Y le parecía barata. En otro vagón, tres jóvenes alemanes bebían cerveza y cantaban una canción dedicada a Podolski, ídolo del Colonia. En la estación de trenes de Múnich unas chicas regalaban plátanos de Costa Rica. Ambas hinchadas compartieron cordialmente la fiesta.

La pareja de centrales de Alemania, Metzelder y Mertesacker, rejuvenecieron con su incompetencia al veterano Wanchope, quien, después de trajinar por todas las canchas del mundo, ha regresado a jugar a su país, al club de su infancia, el Herediano, como descanso del guerrero. Él también marcó dos goles. Fue un intruso en la fiesta de Klose y entre ambos consiguieron que el de ayer fuera el partido inaugural con más goles de la historia.