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Reportaje:Alemania 2006

De héroes a hermafroditas

En Alemania, la fiebre es tal que hasta los filósofos más sesudos debaten sobre fútbol en televisión

La fiebre del Mundial alcanza niveles insospechados en Alemania a medida que se acerca el partido inaugural, mañana contra Costa Rica. El país de pensadores, músicos y poetas, de Marx, Beethoven y Goethe, vive obsesionado con el fútbol. Y cunde la angustia ante el mayor problema que parece aquejarle: la doliente pantorrilla del capitán, el centrocampista Ballack.

Los canales de televisión, con sus programas más serios, sesudos filósofos incluidos, se han rendido. No hay más que fútbol desde primeras horas de la mañana hasta la madrugada. El aspecto positivo de esta orgía lo ofrece la posibilidad de establecer contactos y conocimientos con otros países y culturas. Los rivales latinoamericanos, Ecuador y Costa Rica, se benefician de una atención inusitada.

Cuatro canales transmiten en directo cada día la rueda de prensa de la selección

El politólogo Karl-Rudolf Korte advertía ayer de que los diputados se van de vacaciones en pleno Mundial y podrían aprovechar el momento para meter un gol a sus representados, distraídos con la disputa de la pelota. Según la lógica de Korte, ahora sería el momento ideal, por ejemplo, para aprobar en el Parlamento Federal (Bundestag) un par de tajos más a la red de seguridad social al estar desviada la atención del pueblo.

El grado de saturación informativa es tal que dos canales privados y dos públicos retransmiten en directo cada día la rueda de prensa de la selección nacional. Alguno incluso la repite en multivisión a diversas horas. La preocupación palpable es Ballack. Si podrá jugar el primer partido o sería conveniente reservarlo para empeños más duros. Tiene un estilo de juego arriesgado. Suele salir como un poseso a delimitar su territorio con un par de entradas criminales a sus contrincantes. A veces esto lleva emparejada la amonestación que en la cita de 2002 le costó la final. Ballack da, pero también se las lleva. La temporada pasada faltó con frecuencia por lesión. Ahora, el seleccionador, Jürgen Klinsmann, cuenta con Borowski, del Werder Bremen, un suplente en buena forma que podría sustituir con garantías a Ballack. Nadie se toma en serio a Costa Rica. Se habla incluso de una goleada. Un periodista le preguntó a Ballack si el primer rival tendría plaza en la Segunda germana. En realidad, un equipo que juega con delanteros como Wanchope y Gómez, que no llegaron a ser titulares en el Málaga o el Sporting, no puede suponer un obstáculo para el subcampeón.

El delirio futbolístico se palpaba días atrás en uno de los programas más sesudos de la televisión pública. El cuarteto filosófico se dedicó a filosofar sobre el fútbol. Disponen de un equipaje de conocimientos balompédicos fuera de lo común. El moderador de ese coloquio es el filosofo más popular del país, Peter Sloterdijk, al que el semanario Der Spiegel entrevista sobre fútbol. Como muestra de sus reflexiones, baste un botón. Sostiene sobre Beckham: "Alguno puede mostrar que el mismo futbolista ha comprendido su propia desheroización, pérdida de la condición de héroe. En consecuencia, hoy día es mejor presentarse como hermafrodita que como héroe masculino. Los modelos de futbolistas siguen una tendencia evolutiva que se observa desde los años 60: la tendencia hacia la hermafroditización. Éste es un movimiento a largo plazo que desarma a los hombres y los ha convertido en clientes para las ofertas de cosmética". Ahí queda eso.

La obsesión presenta también aspectos positivos. Las televisiones han presentado entre gol y gol, entre declaraciones y declaraciones de los nuevos hermafroditas, según Sloterdijk, interesantes reportajes sobre los adversarios de Alemania. El embajador de Ecuador, Horacio Sevilla, un avezado diplomático con muchos años de experiencia, expresaba a este periódico su entusiasmo ante la posibilidad de exponer 120 óleos del mayor pintor nacional, Oswaldo Guayasamín; de una reunión en Hamburgo de empresarios para incrementar el comercio con Alemania, y de una campaña publicitaria que costó dos millones de euros para difundir las bellezas de su país. Los ecuatorianos piensan repartir a la entrada de los estadios una bolsa con productos típicos: flores, chocolate y bananos. Además, se entregarán miles de sobreros Panamá. Como su nombre no indica, no proceden del país dividido por el canal, sino de las ciudades de Montecristi y Jipijapa.

Además de los programas de presentación de estos países, exóticos para los alemanes, la televisión tiene un filón en la historia de los Mundiales. Apenas transcurre una hora sin ver por la pantalla el gol de Rahn que supuso el 3-2 contra Hungría en Berna, en 1954, y los gritos del locutor Herbert Zimmermann cuando aúlla desaforado: "¡¡¡Final, final, final... Alemania es campeón mundial!!!". Todo un reportaje de tres cuartos de hora se dedicó la otra noche a demostrar que el tercer gol de Inglaterra en 1966, en Londres, no entró. Es cierto, pero se echa también de menos el gol anulado de forma injusta a Puskas en la capital suiza que habría supuesto el empate a 3-3; la zambullida a la piscina de Hölzenbein en 1974, en Múnich, que acabó en penalti y el empate con Holanda, o la limpia defensa de la pelota de un zaguero argentino que el árbitro mexicano Edgardo Codesal castigó en el minuto 84 en Roma, en 1990,con el penalti que dio el título a Alemania.

Un grupo de jóvenes se encarama a un bota gigante en Berlín.
Un grupo de jóvenes se encarama a un bota gigante en Berlín.ASSOCIATED PRESS

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