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Los Príncipes recorren Alcalá en su tercera visita a ciudades de la región

Don Felipe recordó a las víctimas del 11-M en el último acto de la jornada

Daniel Verdú

Los príncipes de Asturias, don Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz, visitaron ayer el municipio de Alcalá de Henares, acompañados de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y del alcalde de la localidad, Bartolomé Fernández. Ésta fue la tercera parada de la gira por la región de los Príncipes, que también han visitado las ciudades de Móstoles y Fuenlabrada. Don Felipe cerró la jornada con un emotivo discurso en recuerdo de las víctimas del 11-M, ya que Alcalá fue una de las ciudades más sacudidas por la tragedia.

A las 11.30, más de un millar de personas esperaba a los Príncipes de Asturias en la plaza de Cervantes de Alcalá de Henares. "Estamos muy emocionados. Es que son los futuros Reyes de España", comentó una señora mientras se abanicaba. "Mira, mira...", le dijo otra justo cuando llegaba el primer coche oficial. Pero la primera que bajó fue Esperanza Aguirre. Lucía un traje con estampado de flores y se lanzó a estrechar manos y besar mejillas. Telonera de lujo para apaciguar a los que ya andaban impacientes. "¡Guapa! ¡Aguirre, te queremos!", gritaron.

Poco después llegaron los esperados invitados. Fue bajar del coche y enloquecer la gente. Les esperaban el alcalde de la localidad, Bartolomé Fernández (PP), la secretaria de Estado y Cooperación Territorial, Ana Isabel Leiva, y la delegada del Gobierno, Soledad Mestre. Doña Letizia, vestida con pantalones blancos y chaqueta beis, recibió de manos de una niña llamada Ariadna un ramo de flores.

"¡Guapísima!", le gritaba un público, con una edad media de 60 años. Frente al Ayuntamiento, el Príncipe descubrió una placa con la que el municipio les homenajeó. Tras el acto, entraron en el consistorio para tener una reunión de trabajo.

Todavía en el Ayuntamiento, los Príncipes recibieron varios regalos, entre los que había un ejemplar del Quijote, del alcalaíno Miguel de Cervantes, con ilustraciones de Eustaquio Segrelles. Además, para la Infanta Leonor, Alcalá ofreció a sus altezas un Quijote realizado por alumnos del municipio. Finalmente, los miembros de IU, les hicieron entrega de un ejemplar de los Cuadernos perdidos, de Manuel Azaña.

Los Príncipes lo recibieron con gratitud y Aguirre, que presenció el momento, reconoció la importancia de la figura del político alcalaíno. Los miembros de IU entregaron una carta al Príncipe en la que recordaban el incidente y la detención de dos de sus militantes durante la visita que realizaron a Móstoles.

Tras el acto, los Príncipes pasearon por la plaza de Cervantes, camino a la Universidad. Durante el trayecto, volvieron a recibir muestras de cariño de los asistentes. Aguirre también tuvo sus momentos, y tras oír a un hombre que coreaba su nombre, se saltó el protocolo y se fue corriendo hacia él para conversar unos segundos. "Nadie se salta el protocolo de una forma tan simpática", decía uno de los miembros de su comitiva. Luego, claro, tuvo que alcanzar corriendo a la cabeza de la expedición.

Tras la visita a la Universidad de Alcalá de Henares, acompañados por su rector, Virgilio Zapatero, los Príncipes se marcharon a comer, junto a 90 invitados, a la Hostería del Estudiante. La comida no estuvo exenta de polémica, ya que los representantes del PSOE en Alcalá de Henares se quejaron por el trato dispensado a Rafael Simancas, que no ocupó un puesto en la mesa de los Príncipes de Asturias.

"También pasó en Móstoles, donde gobierna el PP. En cambio, en Fuenlabrada, donde el alcalde es del PSOE, Simancas y el portavoz del PP en la Asamblea, Antonio Beteta, se sentaron junto a los Príncipes", dijo un portavoz socialista.

Por la tarde, los futuros Reyes de España, visitaron la fábrica de productos de perfumería Gal y la casa natal de Miguel de Cervantes. Posteriormente, se dirigieron al Hospital Nuestra Señora de la Misericordia, inaugurado en 1483 y donde residió un año Ignacio de Loyola. Ahí esperaban 12 ancianas, que ofrecieron un ramo de rosas a la pareja.

Finalmente, los Príncipes se dirigieron al Corral de Comedias de Alcalá, construido en 1601. En la puerta del teatro, entre la muchedumbre que había aguardado pacientemente, había una treintena de manifestantes republicanos, que corearon consignas antimonárquicas y lucían la bandera tricolor.

Dentro del Corral de Comedias, en el último acto de su visita oficial a la localidad y tras los parlamentos del alcalde y de Aguirre, don Felipe recordó "la tragedia personal y colectiva" de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004, en los que Alcalá fue especialmente sacudida. Transmitió su "apoyo a las familias y amigos" de aquellos alcalaínos que "sufrieron tan cerca y tan intensamente" aquella masacre.

A la salida, los manifestantes republicanos continuaron con los cánticos. El Príncipe, sin embargo, no eludió pasar por delante de ellos y saludar a la gente.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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