Eduard Fernández

Sólo en en el teatro Arriaga de Bilbao podría fraguarse un proyecto teatral como éste: Hamlet y La tempestad, dos de las obras de Shakespeare más representadas, pero en este caso montadas a la vez. La troupe de Lluís Pasqual llega al teatro Español, con Eduard Fernández al frente, demostrando, por enésima vez, que es un auténtico animal de teatro.

Se te empieza a conocer ya como Hamlet Fernández…

Espero que no sea para tanto, porque yo me quito el personaje de encima rápidamente; si no, es muy peligroso.

Alucinarías con esta propuesta, ¿no?

Lo primero que me vino a la cabeza cuando me lo ofreció Pasqual fue una frase de Johan Cruyff: "Fútbol es fútbol". Hamlet es Hamlet: tienes que hacerlo.

Y otra vez un perdedor, ¿te gusta, eh?

Una vez me propusieron hacer un personaje guapo, bueno, legal…Yo eso no sé hacerlo, el tío debería tener, por lo menos, alitosis. Yo me imaginaba el plano con él acercándose para besar a la chica y ella apartándose con un gesto de asco. Prefiero los malos y los antihéroes, son más golosos.

En las fotos sales muy serio, y eso que has sido mimo y payaso callejero.

La culpa es de los fotógrafos o de los que eligen las fotos; sí que me río, no soy tan raro.

¿Te han hecho malas críticas alguna vez?

Sí, malas y muy maleducadas. Pero la verdad es que me da igual, yo ya tengo mis tres o cuatro críticos particulares, que son los que realmente me interesan.

A lo mejor es peor el silencio.

Puede ser, en el silencio parece que uno es más vulnerable.

Pero para el mimo es esencial. ¿Por qué elegiste el gesto y no la palabra?

Porque me aburría el instituto y fue lo primero que se me cruzó. Me faltaban dos asignaturas y les mandé una carta a los profesores, ingenuo de mí, diciéndoles: "Por favor, apruébeme, no me interesa para nada su asignatura, pero necesito el título porque me quiero dedicar al teatro".

¿Y te aprobaron?

Ni de coña.