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Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Afasia

Antena 3 estrenó un concurso a las 2.30 de la madrugada. Se llama Buenas noches, buena suerte y consiste en acertar la respuesta correcta a preguntas con premios en metálico. Para reducir gastos, se prescinde de los concursantes de carne y hueso y se confía en los insomnes telefónicos. Más barato, imposible. Algún purista puede pensar que ésas no son horas, pero si hay concursos durante todo el día, ¿por qué discriminar la madrugada? La pareja presentadora, formada por Jorge Pérez e Idoia de Eguia, mantiene viva la energía con una locuacidad sin límites, deliberadamente juvenil, y una gestualidad que tiene mucho de telele. De Eguia interpreta el papel de presentadora poseída por unas instrucciones que va repitiendo hasta la extenuación, moviéndose sin cesar, siguiendo la cámara y adoptando ese tono de confianza coloquial que infantiliza al interlocutor, más adecuado para El club Disney que para un formato destinado, en principio, para adultos. Después de seguir los movimientos y la verborrea de los presentadores, uno acaba totalmente agotado y puede conciliar el sueño repitiendo el mantra de "Buenas noches, buena suerte" e intuyendo que el negocio consiste en colocar el mayor número de llamadas posible, lo cual explicaría tanta aceleración.

En House (Cuatro) vimos otro tipo de telele. Un periodista bipolar entra en un estado de afasia (pérdida del habla a consecuencia de una disfunción cerebral). El doctor House está de viaje y, al igual que los concursantes de Buenas noches, buena suerte, acierta las respuestas por teléfono. La investigación médica tiene mucho de trama policial y propicia diálogos tan brillantes que obligan a los protagonistas a ser filosóficos incluso cuando les piden la hora. El afásico de House no pierde del todo el habla y responde a las preguntas con mensajes incomprensibles. "Sabe lo que quiere decir pero elige las palabras inadecuadas ", dice uno de los médicos. Así pues, deduzco que al afásico le ocurre lo mismo que a los actores del Debate sobre el estado de la nación: hablan pero no se les entiende.

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