"Para Nadal todos los partidos son el fin del mundo"
A sus 53 años, Guillermo Vilas adquirió estos días protagonismo en París, porque el español Rafael Nadal le arrebató el récord de 53 victorias consecutivas sobre tierra batida y lo situó en 54. El argentino, campeón dos veces en el Open de Australia, una en Roland Garros y otra en el Open de Estados Unidos, tuvo su mejor año en 1977, cuando estableció todas sus marcas. Su admiración por Nadal es absoluta. "Si sigue así, Nadal será un estandarte del deporte mundial", afirmó ayer en una entrevista concedida a este periódico.
Pregunta. Usted y Borg aportaron algo muy importante al tenis mundial: la condición física.
Respuesta. Eso me lo dijo una persona hace poco en Los Ángeles. 'Ustedes obligaron a los jugadores a cambiar su manera de vivir el tenis e hicieron del estado físico el eje sobre el que pasó a girar todo el juego', me comentó. Fue un cambio sustancial, porque todo el mundo descubrió que uno sólo puede ser talentoso si está cerca de la bola. Si no, es imposible. Y eso es lo que ha producido a jugadores como Rafa Nadal. Creo que él le ha agregado al tenis, al margen del físico, esa fuerza de voluntad de seguir luchando hasta el final. Es la presión más grande que ejerce sobre sus rivales.
"Borg y yo teníamos un buen físico y por eso éramos fuertes de cabeza; a Rafa le hace fuerte la mentalidad"
"No creo que se meta en problemas, que compre aviones o Lamborghinis, o salga con la modelo del momento"
P. En ese sentido se parece bastante a usted. La mentalidad y el físico también eran dos de sus principales virtudes.
R. La diferencia entre él y nosotros es que, mientras que nosotros éramos fuertes de cabeza porque teníamos un físico muy fuerte, él tiene una mentalidad fuerte que hace fuerte su cuerpo. Es a la inversa. Una vez hice un test de resistencia con Ion Tiriac, entonces mi entrenador, para comprobar cuántas horas podía resistir en una cancha de tenis. Y aguanté nueve horas. Creo que pasaron por allí 12 jugadores. Cuando saltaba a la pista había muchos partidos que sabía que los iba a ganar y eso me permitía bajar un poco la tensión para no explotar. Para él, en cambio, todos los partidos son el fin del mundo. Y eso parte de su cabeza. El miedo a perder hace que juegue los partidos intensamente. Es otra forma de llegar al mismo lugar.
P. ¿Es cierto que Nadal sabe utilizar como nadie los efectos?
R. Ni Borg ni yo empezamos con los efectos. Los habíamos visto en otros jugadores como Nicola Pietrangeli, Manolo Santana, Cliff Richey, Chuck McKinley. Pero nosotros los usábamos de forma diferente. Todos los españoles juegan con top spin [efecto liftado] y lo utilizan increiblemente, abriendo ángulos cortos muy bien, pero concibiendo el juego de una forma muy simple. Con Borg, teníamos efectos intermedios, mezclados, oblicuos, laterales. Santana usaba algo de todo eso y aprendí mucho de él. Y ahora todos esos efectos los tiene también Nadal. Al igual que la concreción perfecta de la dejada, una aportación innegable del tenis español. Nadal tiene un concepto de juego global, porque se adapta a cualquier tipo de superficie.
P. ¿Le sorprendió que jugara tan bien contra Soderling, sin que el viento le perturbara en exceso?
R. Sí. Contra Soderling hizo un tiro utilizando el viento y sacando mucho más rendimiento de su propio efecto. Sabe hacer eso muy bien.
P. Vilas tuvo siempre una mentalidad muy fuerte, como la de Nadal. ¿Puede mantenerse intacta con el paso de los años?
R. Sí, si tiene un entorno que apacigüe los problemas. Sólo merma cuando aparecen problemas que nada tienen que ver con el tenis. Las preocupaciones externas te debilitan. Pero no parece que Rafa vaya a meterse en problemas, ni que se vaya comprando aviones o Lamborghinis, o saliendo con la modelo del momento.
P. ¿Cómo encajó que Nadal rompiera su récord de 53 victorias seguidas en tierra batida?
R. Algunos pensaban que no acudiría a París para entregarle el trofeo. Lo hice por dos razones. Una, porque me cae muy bien. Y dos, porque este fue un récord creado cuando surgió la fiebre de las estadísticas. El récord que todo el mundo sabía era el de partidos consecutivos sin perder [en todas las superficies]. Se lo arrebaté a Ashe y lo situé en 46 victorias en 1977. Cuando hablé con Rafa le dije: 'Te lo daré porque has roto un récord mío, pero no es el más importante; si lo fuera, igual no te lo doy'. Pero es un mérito ganar 54 partidos en tierra a los 19 años. Yo lo hice a los 25.
P. Afirmó hace unos días que tener a Nadal en el tenis es un lujo.
R. Hay personas que potencian las cosas. Pueden decir que el tenis hace grande al campeón. Pero hay algunos jugadores que rompen este esquema porque valen por varios campeones. Y si Nadal no se escapa por ninguna cornisa rara, si continúa con esa manera de presentarse en la pista siempre limpio, ordenado, atento, respetuoso con sus rivales, va a ser un estandarte para el deporte mundial.
P. ¿Es cierto que está viviendo en Tailandia?
R. Estoy casado con una tailandesa y tengo allí a mi hija de dos años. Tenemos una casa y viajamos mucho allí, aunque mi residencia está en Montecarlo. Sigo muy vinculado al tenis y sigo el circuito. Y me gusta colaborar con un español, Fran Cuesta, que tiene una escuela de tenis muy grande en Bangkok y que cuenta ya con 70 alumnos. Su emblema es 'Tennis, the spanish way' [tenis, a la manera española].
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