El presidente del tribunal llama al orden al reo por dar voces en la vista
José David Fuertes, acusado del crimen de Ndombele, se encaró ayer con el presidente del tribunal del jurado, el magistrado Francisco Serrano, quien le llamó la atención. "No tiene usted derecho a levantar la voz a ninguna de las partes ni a este tribunal". Fuertes alzó la voz en el momento en que explicaba que esa noche vio "con una navaja" al fallecido Pablo (que se suicidó al día siguiente) y que él "no llevaba ningún arma blanca". "Quien llevaba la navaja", vociferó, "era Pablo, que estuvo vacilando con ella toda la noche y además estaba borracho. ¡Yo soy inocente, soy inocente y no he matado a nadie en mi vida!", espetó. Fuertes luego pidió perdón por las voces.
Según el acusado, Ndombele formaba parte de un grupo conocido por los vigilantes de la zona por ser "conflictivos". "El fallecido, que en paz descanse, y sus amiguitos llevaban tiempo dando problemas. Eran chicos muy conflictivos", manifestó Fuertes, que añadió que, al no dejarles entrar en los locales de la zona, estos "chavales" se ponían en el parque de enfrente del pub "para molestar a los clientes". De Ndombele aseguró que "iba bajo los efectos de alguna droga porque lo vio muy agresivo".
Fuertes declaró que, tras la agresión de Pablo a Ndombele, él regresó al pub y 15 minutos después se marchó de allí al ver que empezaban a llegar "muchos policías". "No tenía contrato de trabajo y un compañero me dijo: 'Vete de aquí a ver si te van a meter a ti el marrón", comentó. Al día siguiente, sábado, supo por la prensa que había muerto Ndombele. El domingo se marchó a Torrevieja. "Pero no huyendo, sino porque tenía planeado tomarme las vacaciones", dijo.
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