"¡Abandonad el barco!"
El equipo que perdió a un tripulante en la Vuelta al Mundo rescata a los 10 del Movistar, que dejan la nave por una avería
Lo peor ya ha pasado, pensaban los tripulantes de la Vuelta al Mundo de vela hace unas semanas. Los traicioneros mares del sur, los bruscos cambios de temperatura, el temido cabo de Hornos... Pero lo peor les esperaba en la séptima etapa, en las 3.200 millas entre Nueva York y Portsmouth (Inglaterra). El Atlántico les reservaba una trampa mortal. Una ola de cinco metros se tragó el viernes a Hans Horrevoets, del ABN Amro 2, el quinto fallecido en la historia de la competición. El equipo holandés siguió compitiendo con el cadáver de Horrevoets a bordo ante la imposibilidad de que ningún barco o helicóptero llegara hasta el ABN para rescatar el cuerpo. La pesadilla no había acabado. Ayer, a 300 millas de la costa, el Movistar debió abandonar su barco debido a un problema en la quilla, que inundaba la embarcación, y a una fortísima tormenta que se les acercaba. Una vez más, la mecánica lastraba al equipo español, con averías en casi todas las etapas. Los 10 tripulantes dejaron la nave en balsas salvavidas y fueron rescatados por el conjunto más cercano, el ABN 2, que transportaba al fallecido Horrevoets.
El conjunto holandés del ABN 2 todavía navegaba con el cadáver de Horrevoets a bordo
El equipo español da casi por hundida la embarcación, por lo que se retiraría de la prueba
El equipo que había perdido una vida tres días antes salvó la de 10 navegantes. Un tormenta con vientos de 50 nudos (casi 100 kilómetros) y olas de 11 metros amenazaba al Movistar. El barco no lo hubiera soportado con la quilla averiada. "La decisión más dura que he tomado nunca ha sido ordenar que abandonáramos el barco. Diez vidas a salvo: decisión correcta", explicó el patrón del Movistar, Bouwe Bekking, ya a bordo del ABN 2. El equipo español sufrió una rotura en la unión de la quilla con el casco, un problema que han sufrido, en menor medida, los otros barcos diseñados por Bruce Farr: Piratas, Ericsson y Brasil. El agua inundó el barco y las bombas automáticas se activaron para el achique. Así aguantaron varias horas mediante drizas de seguridad y la fijación de la quilla en el centro.
Bekking avisó al servicio de guardacostas y el ABN 2 modificó su rumbo para acercarse al Movistar. Las olas subían hasta los seis metros y el volumen de agua que inundaba el barco se había doblado. Para colmo, la mayor de las tormentas les pisaba los talones. Una tempestad de mayor intensidad a la esperada es considerada un huracán. "Estábamos en problemas muy serios", explicó Bekking, "el barco no aguantaría". Las conversaciones con el equipo de tierra se prolongaron toda la noche mientras las familias seguían en vilo. "No podíamos arriesgar con 10 vidas a bordo", afirmó ayer Pedro Campos, director del equipo.
El Movistar lanzó una balsa con la ropa, la comida y cinco navegantes. El resto les acompañó en otra. En apenas dos minutos, los tripulantes completaron una maniobra complicadísima por lo agitado del mar. "Antes de abandonar el barco, eché un último vistazo", contó Bekking. El ABN les salvó entre el oleaje. "Han sido fantásticos. Tener que dar la vuelta ha sido especialmente duro para ellos, pero espero que les reconforte la idea de que han salvado 10 vidas. Un barco es sólo un barco, lo puedes reemplazar, pero las vidas no. Decir gracias no es suficiente, esto nos unirá más a ellos. Le pregunté a Seb [Josse, el patrón] qué quería que hiciésemos. Sentirnos como en casa, dijo. Quería seguir la etapa navegando con sus propios chicos", narró Bekking.
El barco permaneció en medio del Atlántico, abandonado y vacío. La tripulación conectó el sistema de posicionamiento para conocer su ubicación. Si el barco se hunde, dejará de emitir. El equipo estudia ahora si rescata a su tripulación del ABN antes de la llegada a tierra, prevista para hoy. En cuanto al barco, tratan de encontrar un remolcador que lo lleve a tierra si resiste la tormenta. "Pero soy pesimista, hay muchas posiblidades de que se pierda", afirmó ayer Campos. En cuanto la batería de las bombas se agote, el agua lo cubrirá todo. Hundido el barco, o con averías demasiado graves, el equipo se retirará de la prueba.
El Movistar posee un presupuesto de 18 millones, la mitad destinado a la nave y el resto a logística y personal. Una póliza de seguro cubriría parte de las pérdidas, según un sistema de compensación decreciente según avanza la prueba. "No espero muchas pérdidas. El proyecto está muy bien financiado", añadió Campos. En cuanto al ABN 2, esperan que una fragata de la marina holandesa transporte el cuerpo de Horrevoets. El ABN 1 ganó ayer la etapa, y la Vuelta al mundo. "Queríamos dejarlo todo, pero Hans no lo hubiera querido", dijo su patrón.
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