El Unicaja no quiere sorpresas

El líder de la Liga regular aventaja 1-0 en su serie con el último equipo en clasificarse para esta fase. Así dicho parece lo lógico, pero la realidad vista anoche en el Martín Carpena no se corresponde para nada con la desigualdad que presumen las estadísticas. Cierto es que tras pasar muchos apuros durante los dos primeros cuartos, Unicaja solventó el partido con relativa comodidad, pero el juego de ambos equipos hace aventurar una serie larga.

Unicaja empezó el partido mal, muy encogido. Parecía que Estudiantes iba a romper el partido en los primeros compases del segundo cuarto, en los que su contraataque y su poderío reboteador no tenían respuesta por parte del equipo de Málaga, enredado además en una alarmante espesura atacante. Estudiantes se empleaba con determinación a lo suyo, el contraataque, conducido con eficacia por Sergio Rodríguez, a quien Pepe Sánchez no pudo nunca parar y protagonizó un episodio insólito al irse al banco con cuatro personales en el minuto 16 de partido.

El técnico local, Sergio Scariolo optó entonces por un quinteto de especialistas en defensa, y por ahí comenzó la remontada. Apenas tres minutos bastaron para que Unicaja diera la vuelta al partido, desde su mayor desventaja, 18-25 en el minuto 12 de partido, a mandar 30-27 en el 15.

A partir de ahí el juego fue más equilibrado. Unicaja mejoró su ataque con la vuelta al equipo de Garbajosa, que ayer se movió mucho más cerca del aro que de costumbre. Y es que Unicaja, que empezó el partido tirando triples, encontró la vía de la victoria en el juego interior, donde teóricamente peor atacan los malagueños y mejor defienden los colegiales. Y menos valen las teorías que en un partido de eliminatorias.

Protagonismo especial en la remontada tuvo el base Carlos Cabezas. En la remontada y en todo el partido, porque luego resultó determinante cuando Unicaja dio el arreón definitivo en el marcador, mediado el tercer cuarto. Cabezas y Sergio Rodríguez pugnarán posiblemente por un puesto en la selección española que dispute el Mundial de Japón y los dos ayer mostraron la solvencia de sus credenciales. Ambos fueron además los máximos anotadores del partido.

El tercer cuarto se movió casi siempre con marcadores muy apretados. Hasta que Carlos Cabezas puso una velocidad más al partido con sendas penetraciones de alta rentabilidad, ambas con falta personal adicional y una de ellas antideportiva. Unicaja cobró una renta cómoda justo al final del tercer cuarto.

En el último, Unicaja alcanzó una máxima diferencia de 14 puntos, fruto de su claro dominio en todas las facetas del juego. Entonces de dedicó a administrar la renta, y nunca dio opción a la sorpresa a un Estudiantes que no llegó a acercarse a más de seis puntos. De momento, el Unicaja manda en una eliminatoria que vaticina buen baloncesto.