El Consistorio investiga irregularidades en la reforma ajardinada del Thyssen

El Ayuntamiento de Madrid ha decidido mover ficha después de las amenazas de Carmen Cervera de llevarse su colección, si prospera la reforma del eje Recoletos-Prado.

Ayer, la concejal de Medio Ambiente, Paz González, declaró: "Es contradictorio, e incluso incongruente, que la baronesa Thyssen haya criticado tan insistentemente el plan de reforma del eje Recoletos-Prado argumentando que afectaba a muchos árboles, cuando la ampliación del Museo Thyssen-Bornemisza ya supuso en su día la tala o trasplante de varios ejemplares".

A lo que añadió: "Lo que me produce más lástima es que quizá los árboles del paseo de Recoletos se hayan podido utilizar como excusa, y que el interés que se ha perseguido por algunas personas no es realmente el medioambiental o el de la protección del arbolado".

El diario El Mundo y el programa El buscador, de Tele 5, revelaron ayer que durante la reforma del museo, realizada en 2003, fueron talados siete árboles y trasplantados otros 47, en una actuación solicitada por la Fundación Thyssen que se acometió con la autorización, a principios de ese año, del Gobierno municipal de entonces, presidido por José María Álvarez del Manzano.

González anunció ayer que estudiará el expediente de esta actuación para comprobar que la autorización del Ayuntamiento se cumplió. "Queremos saber si se siguió la normativa municipal y que las condiciones que se impusieron, para compensar los árboles talados y trasplantados, se han cumplido", puntualizó.

Según la concejal de Medio Ambiente "el mayor interés del Gobierno local es que no quede la menor sombra de duda de que el Ayuntamiento establece los mismos criterios cuando los promotores son personas o entidades privadas que cuando son administraciones o entidades públicas".

La concejal reivindicó ayer las bondades que, en su opinión, tiene esta reforma urbanística. "La polémica que se ha querido construir en torno al eje Recoletos-Prado es absolutamente artificial y no se corresponde con la realidad del proyecto ni de la afección a los árboles".

El pasado día 6, cientos de madrileños se manifestaron contra este proyecto y, poco después, el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, decidió prolongar el periodo de información pública en seis meses, para recibir nuevas alegaciones.