El Sevilla va por la Liga de Campeones
El conjunto andaluz se impuso al Barça en un partido disputado y entretenido a pesar de las ausencias
El fútbol también es un estado de ánimo. Y tanto el Sevilla como el Barcelona, ambos ya campeones, lo tienen por las nubes. El partido disputado ayer es el que una colosal tormenta de granizo impidió el pasado 23 de abril. Y fue muy distinto a lo que se supone que habría sucedido entonces.
Desde el tormentón, el Barcelona se ha proclamado campeón de Liga y el Sevilla se ha llevado la Copa de la UEFA. Una de las consecuencias de esta circunstancia aparecía impresa en las cuartillas de las alineaciones: en uno y otro conjunto faltaban hasta ocho de los titulares habituales. Otra, totalmente inesperada, que fue un partido abierto, bonito, entretenido, disputado, con goles... Un buen día de fútbol.
SEVILLA 3 - BARCELONA 2
Sevilla: Palop; Alves, Aitor Ocio, Escudé, Dragutinovic; Sales (Navas, m. 54), Jordi (Martí, m. 46), Puerta (Adrianio, m. 54; Kanouté y Kepa.
Barcelona; Jorquera; Belletti, Oleguer (Iniesta, m. 46), Rodri, Sylvinho (Ludovic, m. 65); Gabri, Motta, Xavi; Larsson (Montañés, m. 71), Maxi y Ezquerro.
Goles: 1-0. M. 21. Daniel Alves, de gran tiro desde fuera del área. 2-0. M. 24. Aitor Ocio, de penalti. 2-1. M. 41. Ezquerro, de cabeza. 2-2. M. 43. Sylvinho, en un centro que engaña a Palop. 3-2. M. 76. Kepa cabecea un saque de córner.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Jordi, Sylvinho, Aitor Ocio, Dragutinovic y Kepa, y expulsó a Gabri por roja directa.
Unos 40.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán. Ambos equipos se hicieron pasillo.
El equipo de Juande Ramos está a un partido de redondear una campaña de ensueño
Al que más picores le producía el encuentro era al Barcelona. Con el trofeo de campeón de Liga ya en la vitrina y la cabeza puesta en la final de la Liga de Campeones que disputará el miércoles en París contra el Arsenal inglés el partido era de lo más inoportuno. Frank Rijkaard llegó hasta a convencer a Eto'o de que lo mejor era que no viajara, que el Pichichi es menos trofeo que la Champions. Para el Sevilla sí había premio: la posibilidad de presionar a Osasuna en la lucha por la plaza que da derecho a participar en la Liga de Campeones la próxima temporada. La ausencia de muchos de los titulares habituales no tenía otro motivo que el agotamiento de éstos. Javi Navarro y Maresca llevaban semanas compitiendo con dolores, y David Castedo y Martí, simplemente, no podían más.
Pero los que salieron por uno y otro bando fueron dignos representantes de los colores que vestían. En el Barcelona, Xavi intentaba recordarse a sí mismo. Y bastantes veces lo consiguió. A los cuatro minutos, Motta le colocó un pase a Ezquerro como Koeman solía hacer con Begiristain. Pero el riojano lo tiró alto. Dos minutos después, Xavi insistió por la banda de Ezquerro, que de nuevo estuvo cerca del gol aunque tampoco lo logró.
Uno y otro equipo jugaban el fútbol que normalmente interpretan otros y que está diseñado para otros. El Sevilla aceleraba en la medular y combinaba vertiginosamente entre líneas y frente al área barcelonista. En una de esas, Alves se apoyó en Renato, que le devolvió la pelota con toda la clase del mundo para que el heterodoxo lateral metiera un golazo desde fuera del área. A los pocos minutos, el Sevilla marcó otra vez. De penalti pitado por una entrada de Belletti a Puerta, que pareció no haber sido tal.
El Barcelona reaccionó e igualó el partido con un gol trabajado que logró Ezquerro con un buen cabezazo y otro fruto de la suerte cuando un centro de Sylvinho se reviró en el aire y entró por el primer palo de la portería de Palop. El juego que se vio ayer no tuvo la calidad que habrían añadido las estrellas ausentes. Pero fue enormemente honesto. Jugadas como las protagonizadas por Maxi y Larsson en la primera mitad o la del gol inexplicablemente anulado a Kepa en la segunda, están dentro de la categoría de buen fútbol.
El Sevilla se hizo con el mando en la segunda mitad y Kepa tradujo el dominio en el gol de la victoria que le mantiene en la lucha por la Champions. El Sevilla debe ganar al Madrid el martes y esperar a que pinche Osasuna y continuar así con la racha de más éxito de su historia. La victoria de ayer fue asumida con absoluta normalidad por la hinchada sevillista. El equipo de Juande Ramos está a un partido de redondear una temporada que ya es más que espléndida. El conjunto de Juande Ramos fue el más reconocible. Las numerosas ausencias no se tradujeron en la pérdida de la personalidad elegida por el conjunto andaluz. El Barça acusó más los descansos decididos por Rijkaard de cara a la final de la Liga de Campeones del miércoles. Aún así, unos y otros ofrecieron un buen espectáculo, un buen trabajo. El Sevilla jugó mejor y
ganó. El Barcelona compitió con honestidad y el público disfrutó de otro buen día de fútbol en Nervión.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.