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Reportaje:Fútbol | Final de la Copa de la UEFA

Una ciudad partida en dos

La policía de Eindhoven intenta evitar que se junten los 30.000 hinchas de ambos equipos

Una parte para ti y otra para mí. El dispositivo policial en la ciudad de Eindhoven, ensayo de la seguridad del Mundial de Alemania que comienza el próximo 9 de junio, dividió el mapa de la población en dos partes. En una lucen las camisetas rojas de los seguidores del Middlesbrough. En la otra, las blancas de los del Sevilla. Sin embargo, ayer, con apenas una décima parte de los aficionados de ambos equipos que se espera que asistan a la final -unos 22.000- por las calles, las dos hinchadas se cruzaban constantemente en sus vagabundeos por el pequeño dédalo del centro de la urbe. "Mira, ésta es nuestra zona", señalaba con el dedo índice John, de Stockton, sobre un mapa de bolsillo. Se lo habían dado como parte de su kit de viaje desde el aeropuerto de Newcastle.

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John y otros cincuenta compatriotas bebían cerveza en un bar. "Supongo que vienen a este local porque los vasos son grandes", se encogía de hombros la camarera. Falso. Nada era fruto del azar. Resulta que la carpa donde se congregaban estaba situada en una plaza muy próxima. En el mismo plano, venía situada la carpa del Sevilla. El conjunto andaluz, además de su zona oficial, cuenta con otras tres carpas desplegadas por la oficina de turismo de la ciudad para promocionarla en Holanda.

John viene con su novia y dos amigos. Los amigos no tienen entradas. No es un caso aislado, cerca de 4.000 británicos han viajado en esas condiciones. Cuando se les pregunta qué piensan hacer al respecto, señalan sus enormes jarras de cerveza: "Seguir bebiendo y ver el partido por la televisión". Esa misma situación se espera que sea a la que tengan que acogerse 700 sevillistas que también se han desplazado sin billete.

Pero ayer, las calles de Eindhoven, la ciudad de la multinacional tecnológica Phillips y uno de los conjuntos arquitectónicos menos atractivos de Holanda, todavía no albergaban demasiados hinchas sevillistas. Porque el grueso, 30 aviones, se espera que aterricen hoy. Además, otros aficionados pernoctaron anoche en Amsterdam, un lugar turísticamente más apetecible que el conglomerado de grandes edificios de ladrillo que constituye el centro de Eindhoven. Fue el caso de tres muchachos que no llegaban a la veintena de edad. Uno de ellos, Manuel, se dio cuenta en el aeropuerto de Barajas de que llevaba caducado el carnet de identidad. Tras un ajetreo de comisarías consiguió embarcar. "La hinchada del Middlesbrough no es muy violenta", aseguraba optimista Meter, otro de los chicos de cabeza rapada acodado en la barra del bar tomado por los ingleses. Por si acaso, la policía española, la inglesa y la holandesa, han mantenido una reunión para prevenir altercados. Ayer, en cualquier caso, por el centro sólo circulaban chicas policía en parejas montadas en sus bicicletas. Tampoco el conjunto de la ciudad parecía muy agitada. Hay banderas verticales que anuncian el evento. Pero nada más.

La directiva del Sevilla ha puesto a la venta una nueva remesa de 90 entradas sobrantes de las que el club había reservado para invitaciones y asuntos de protocolo. Quienes sí aprovecharán esas localidades son el vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, y el presidente autonómico andaluz, Manuel Chaves, que estarán presentes en el palco del estadio, en cuya primera fila estarán acompañados por los Príncipes de Asturias. Y el Sevilla ha decidido invitar a Pablo Alfaro y Antoñito, ambos ex sevillistas y ahora en el Racing, a la espera de que el Arsenal permita viajar al utrerano Reyes.

Un grupo de aficionados muestra una bufanda con los nombres de los dos equipo finalistas.
Un grupo de aficionados muestra una bufanda con los nombres de los dos equipo finalistas.GARCÍA CORDERO

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