Un acercamiento inteligente a los títeres

No hace tanto tiempo que estaba extendida la teoría de que los títeres eran espectáculos que pertenecían a un género menor dirigido a un público infantil. Si esa idea se ha logrado erradicar ha sido con la ayuda de proyectos como Titirimundi, festival que se celebra anualmente en Segovia y al que se considera uno de los más importantes y prestigiosos festivales de marionetas del mundo. Titirimundi (www.titirimundi.com). Este año celebra su XX edición, desde hoy y hasta el 18 de mayo, y ofrecerá espectáculos de 46 compañías de titiriteros procedentes de 21 países de todos los continentes.

Titirimundi ofrece espectáculos excepcionales desde el punto de vista creativo, todos ellos seleccionados por Julio Michel, director de la muestra, que se podrán ver en plazas, patios, calles, museos, palacios o jardines. Entre ellos, grupos innovadores con lenguajes rabiosamente contemporáneos como Alex Barti, donde se fusionan manipulador y muñeco; El Chonchón, con sus siniestros agentes; Des Chemins de Terre, grupo creado por el titiritero filósofo Olaf Stevenson; Teatro Tehb, cuyos miembros son a su vez directores del espectáculo de Taganka (que también acude), responsables de la inauguración de Titirimundi; Mikropodium, con propuestas íntimas y poéticas, ejecutadas con gran precisión; Teatro Estatal de Varna y muchos más.

La muestra cuenta, por supuesto, con los títeres clásicos. De hecho, están todos los que tienen más de 200 años, como los anglosajones Punch and Judith con Rod Burnet, el italiano Policinella con Salvatore Gatto, el tradicional guiñol galo con Guiñol de París. A ellos hay que sumar a los Bonecos de Santo Aleixo, un género propio del alentejo portugués y los Puppis sicilianos de la familia Cuticchio, una de las más emblemáticas de Sicilia.

Otros clásicos, dentro de una línea popular, serían los indios Kharati Bhat y los chinos Zhangzhou Puppet, considerados como un tesoro de Oriente.

En cuanto a vanguardistas orientales están Tsubame-Ya con sus historias cortas sin sentido e ironía. También están los que utilizan objetos y les atribuyen una personalidad como el cabaré de Dejavu de España, La pire de Espece, de Canada y Peter Ketturkat, de Alemania.

"El festival se me ocurrió en un momento en el que el teatro de títeres no gozaba en España de un reconocimiento como forma teatral", apunta Michel. "Quería divulgar la auténtica naturaleza del títere, y hemos logrado darla a conocer en un contexto muy festivo y en una ciudad de características muy adecuadas para esta cita", concluye Michel, quien sostiene que el objetivo se ha logrado: "La prueba es el eco que tiene en todo el mundo el festival, a lo que ha contribuido el rigor a la hora de elaborar el programa y que he tratado de cautivar al público con un nivel de calidad muy alto".

En Titirimundi -que tiene una extensión madrileña en las fiestas de San Isidro- no hay que olvidar los carruseles que están instalados en el centro de la ciudad, las orquestas que recorren las calles, los espectáculos pensados e ideados para la calle, como Plansjet y Sharti los circos que utilizan títeres como el argentino Tomate o los españoles Klezmer, con su propuesta desbordante de imaginación.