Una oleada de atentados suicidas causa más de 30 muertos en Irak
La policía halla 43 cadáveres con los ojos vendados y las manos atadas
Una oleada de atentados suicidas volvió a sembrar ayer el terror en Irak. Dos ataques con coches bomba en Bagdad y una tercera explosión en una mezquita en la ciudad sagrada chií de Kerbala, 80 kilómetros al sur de la capital iraquí, causaron la muerte de más de 30 personas y decenas de heridos.
En la misma jornada sangrienta, el Ministerio del Interior iraquí informó del hallazgo, en los alrededores de Bagdad, de los cadáveres de 43 víctimas de la violencia sectaria. Los cuerpos presentaban heridas de bala en la cabeza y en el abdomen. Todos los cadáveres tenían los ojos vendados y las manos atadas a la espalda, en asesinatos que se asemejan a ejecuciones sumarísimas.
El ataque contra la ciudad santa de Kerbala tenía como objetivo la mezquita chií de Al Bait. Según los testigos, un terrorista suicida hizo estallar la carga explosiva que transportaba en su vehículo en medio de un atasco de tráfico. Más de 20 personas murieron en este atentado, dirigido contra la principal comunidad religiosa iraquí.
Más de 100.000 personas han huido de sus casas en Irak desde finales de febrero pasado, cuando se desató la violencia entre las comunidades étnicas y religiosas tras el atentado contra la mezquita de Samarra. El éxodo ha sido aún más significativo en las últimas semanas. Según el Ministerio de Migraciones iraquí, más de 65.000 personas han abandonado sus casas.
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