El regreso de la 'máquina'

Por los pasillos del Camp Nou se escucha: "¿Qué pasa máquina?". Es Xavi. Ha vuelto. En un entrenamiento se partió la rodilla. No le esperaban en seis meses. El sábado, contra el Cádiz, volvió a jugar. Hoy, en Vigo, puede ganar su tercer título de Liga. Lo hará en el campo. Dice Eto'o que es el mejor, "una máquina que controla la pelota y con ella, el partido". Según Emili Ricart, el recuperador que le ayudó a volver, hizo lo mismo con su rodilla.

- La lesión. "Desde el primer momento supe que era grave. Escuché el crujido: ¡Crack! Como si se hubiera roto una caña. La gente dice que me lo tomé bien, pero fue un palo. Supongo que me ayudó a sobrellevarlo el hecho de que por una lesión idéntica hubieran pasado todos mis hermanos. Lo único que podía hacer era trabajar duro para volver cuanto antes".

"Frente al Cádiz jugué de pena. Toqué cuatro pelotas... pero a la cuarta supe que estaba de vuelta"

- La novedad. "Acostumbrado a estar rodeado de gente, haciendo bromas en un vestuario, con la pelota al lado, de golpe lo pierdes todo de vista. Incluso lesionado, la vida de un futbolista es un lujo pero corres el riesgo de sentirte solo. Eso te pasa jugando en un equipo sueco y te da algo. Duro. Pero yo no he pasado por eso. Me he sentido muy, acompañado y muy querido. Y eso no tiene precio. Además, he conocido a Emili".

- El 'método Ricart'. "Se toma tu ligamento como si fuera el suyo. Vas de la piscina a una montaña pasando por la riera de Matadepera (población cercana a Terrassa). Teníamos que haber ido a caminar sobre la nieve con raquetas, pero nos adelantamos en los plazos y no fuimos. y todo por una razón. Siempre tiene a punto el comentario que necesitas oír para seguir adelante. La camiseta del partido contra el Cádiz fue para Emili, el recuperador que trabaja con Ramon Cugat. Es de Terrassa, como yo, y he encontrado mucha complicidad. Le he pometido una de la selección si juego el Mundial".

- Alemania. "No se si iré, tampoco me lo planteo. La lesión me ha cambiado muchas cosas y una de ellas es que ya no hago planes, voy día a día. Me dijeron que tenía para seis meses y he vuelto antes de que se cumplieran cinco. Nunca sabes qué puede pasar. Luis se ha portado de cine conmigo y tiene que tomar una decisión que respetaré. Hay gente que juega a un nivel brutal en esta Liga".

- Tercer título de Liga. "La gente me decía que me echaba de menos en el campo. Incluso, en partidos concretos, algún compañero. 'Ayer nos hubieras venido bien', me decían. Han jugado a un nivel brutal. Viéndoles, nunca he tenido esa sensación y he visto casi todos los partidos, excepto el primero. Los de casa, en el Camp Nou; los de fuera, en mi casa, en la de mi padre o en casa de mi amigo Justri. Hemos jugado a un nivel brutal, he visto una madurez enorme. Me alegro especialmente por Andresito . Sé lo que es soportar las comparaciones absurdas que ha aguantado él. Les veía jugar y pensaba: ¡Qué ganas tengo de volver!".

- La vuelta. "El día antes casi no pude dormir. Fue inolvidable. Salí a calentar y... ¡qué ovación! Luego, el abrazo de Deco y otra vez aplausos. No lo podré olvidar. No lloré porque me daba vergüenza. Jugué de pena. No esperaba volver en un partido tan tenso y noté el tiempo parado".

- Cuatro pelotas. "Salí con un ansia que no veas y de golpe me sentí muy extraño. Los espacios los controlé bien. Las sensaciones del pie en el apoyo mal, incómodo. No encontraba el sitio. El campo lleno es distinto a cuando te entrenas. Quería mucho la pelota pero la toqué cuatro veces. No la veía. A la cuarta me sentí útil: controlé, conduje y la jugué con Iniesta. Entonces tuve las sensaciones de siempre y supe que estaba de vuelta. Otra vez en casa, máquina".