Una familia destrozada

Un muro de la M-50 segó la vida de sus padres y de dos de sus abuelos. Fue el pasado sábado, a la una de la tarde. La violencia del choque les causó la muerte en el acto y ayer, cuando no habían pasado 24 horas de la tragedia, los dos jóvenes, hijos y nietos de los fallecidos, recibían el consuelo de familiares y allegados de la familia en el tanatorio de la M-30.

Las muestras de dolor se sucedían y en los rostros se reflejaba todavía la incredulidad por lo sucedido. El siniestro se produjo al salirse de la vía el coche que conducía, Ángel Martínez Díaz, de 54 años y chocar contra un muro. De copiloto iba su padre, Ángel Martínez Fernández, de 75 años; en los asientos traseros viajaban su madre, Francisca Díaz, de 74, y su esposa, Dolores Rivas Utor, de 50.

Ayer nadie se explicaba en el tanatorio las razones que podían haber provocado el terrible suceso. "Ángel era una persona normal, que conducía bien, con cuidado. Nadie se puede imaginar que corriera llevando a sus padres en el vehículo", comentó un allegado. El entierro de los cuatro fallecidos tendrá lugar mañana en el cementerio de Vallecas. Está previsto que salgan del tanatorio a las 13.40.

El sábado por la mañana el matrimonio formado por Ángel Martínez y Dolores Rivas pasaron a recoger a los padres de Ángel a su domicilio en San Blas para comer y pasar el día con ellos. "Parece que el padre como era mayor no quería conducir y fueron a por ellos. Es lo normal, lo que hace todo el mundo en un caso así", explica.

"¿Cómo te puedes plantear que va a suceder una desgracia semejante?", se preguntaba un amigo del hijo mayor del matrimonio, de 26 años, que trabaja en Antena 3. "Están destrozados, haciéndose a la idea de que no les van a volver a ver. Es muy duro, muy duro, ...", añadió.

La familia se montó en el coche, un Volkswagen Polo azul, y tomaron la M-50 de regreso a Móstoles, donde residía el matrimonio. Vivían con sus dos hijos en un chalé adosado de la calle de la Dalia, en el barrio de los Rosales. Pero no llegaron. El vehículo se salió de la calzada, recorrió 30 metros y voló otros 15 por encima de la Radial R-4 hasta estrellarse contra un muro y caer al lado de un pilar de la R-4.

El choque fue tan brutal, que el coche quedó partido en dos, convertido en un amasijo de hierros y todos los ocupantes fallecieron prácticamente en el acto. Los facultativos médicos del servicio de Emergencias 112 no pudieron hacer nada por salvarles la vida.

Algunos de los asistentes al velatorio pensaban que la única explicación era que Ángel Martínez sufriera un despiste.

En el lugar del siniestro, el kilómetro 48 de la M-50, en Getafe, un agente de la Guardia Civil comentó el sábado que el conductor quizá "llevara una velocidad inadecuada, pero en estos momentos es complicado saber la razón por la que el coche abandonó la calzada". "A pesar de nuestra experiencia en accidentes, es difícil decir a qué velocidad iba el coche", añadió. Los agentes también estudian la posibilidad de que el conductor sufriera un despiste, porque en la calzada no había señales de frenada, ni tampoco en los metros que el coche recorrió por la mediana.