"El Chelsea debería tener más el balón"

El rostro liso de Ricardo Carvalho (Oporto, 1978) recuerda a una de esas figuras de Jesucristo del siglo XIV. Una tallada en madera policromada. Pasea a su hijo de meses en un carrito por las imponentes galerías de un edificio vanguardista frente al Puente de Battersea, sobre el Támesis. El sábado celebró la conquista de la Liga inglesa con el Chelsea. Nadie diría que este padre de aspecto angelical es uno de los marcadores más eficaces del mundo.

Pregunta. ¿En Inglaterra qué delantero le ha dado más problemas por velocidad?

Respuesta. Tal vez Rooney, Van Nistelrooy y Henry sean los jugadores más rápidos por juego con balón y por anticipación. Pero su ventaja depende de cómo se paren los equipos en el campo. Nosotros damos muy pocas ventajas en este sentido. Hacemos una defensa en la que participa todo el equipo y cerramos muy bien los espacios. La verdad es que por velocidad no nos ha dado problemas nadie. Si Rooney se tira a la izquierda es el lateral izquierdo el que le debe coger. Si se va al medio es Terry, o yo, y el lateral debe fijar otra marca. Lo importante es cubrir bien los espacios. No hacemos marcajes individuales.

"Conozco a Mourinho desde hace cuatro años y en Portugal ya era igual que en Inglaterra pero con menos exposición pública"

"Tengo las cejas de un boxeador y se me abren las cicatrices cada vez que me golpean. Es una consecuencia del fútbol directo"

P. ¿Y para usted, como central, este sistema defensivo tan perfecto se hace aburrido o lo agradece?

R. ¡No! ¡A mí me gusta tener más la pelota! Y nuestro equipo a veces no tiene tanto el balón como debería. Pero lo principal es defender bien y lo hacemos. Luego tenemos un contragolpe muy rápido. Estamos pendientes de robar el balón para contragolpear rápido para coger al rival mal colocado y hacerle daño... Pero ese deseo de jugar así a veces nos hace perder precisión porque no tenemos tiempo de jugar la pelota como deberíamos.

P. ¿No tiene la sensación de que Makekele le hace la mitad del trabajo?

R. Claude tiene que cortar la trayectoria de los pases a los delanteros, achicar los espacios, cerrar. Si algún balón pasa, entonces los centrales nos quedamos uno para uno con los atacantes. Que Makelele nos ayude es bueno para el equipo porque yo no necesito demostrar nada en un mano a mano. Esto es un juego colectivo y en defensa se refleja en asociaciones. Normalmente todos los equipos juegan con un medio centro puro que hace esta función. Esta es la regla. El Bar-ça es la excepción. Iniesta y Xavi, que a veces han jugado solos por delante de los centrales, no son pivotes defensivos puros. Les gusta participar más.

P. ¿Se considera un defensa duro?

R. En Portugal tenía fama de jugar siempre el balón. Pero aquí, en un campeonato tan físico donde todos chocan, estoy haciendo entradas más fuertes. Teóricamente, como central, de vez en cuando tenemos que pegar un poco. Si no consigues ganar la pelota no te puedes quedar impasible. Hay que hacer falta.

P. ¿Cuál es su prioridad como defensa?

R. No dar espacios a los delanteros. Estar físicamente bien preparado y no tener miedo de atacar al balón. Siempre me sentí seguro para anticipar porque, si no llego, me giro rápido. Es difícil, pero pienso que para los delanteros es más difícil todavía salir del corte.

P. ¿Preferiría jugar en un equipo que tenga más la pelota?

R. Tener la pelota es lo más difícil. A veces la tocas y la tocas y no creas ocasiones de gol. Lo que digo es que el contragolpe, la velocidad es útil cuando tu rival se desorganiza. Pero cuando esto no pasa tienes que intentar ganar de otra manera. A veces deberíamos haber cuidado más la pelota. Con Lampard, con Cole, con Essien, con Duff, con Robben... tenemos calidad para intentarlo.

P. ¿El Oporto tenía más el balón?

R. El campeonato era diferente. En La Liga portuguesa se juega más al pie y los rivales suelen ser menos competitivos. Aquí juegas más directo y más fuerte. Salvo nosotros, el Manchester y el Liverpool, el resto cogen el balón y lo juegan directo, al frente, largo, para correr a los espacios y para rematar cuanto antes.

P. En el Chelsea no tiene a Deco, como le tenía en el Oporto. Tal vez el cambio de estilo tenga que ver con eso.

R. Deco es un armador que ayuda a defender. Tiene cualidades para atacar y se sabe colocar atrás. Ayuda a los delanteros porque pone balones precisos y ayuda a los defensas porque roba balones. Y si hay que pegar, pega. Sabe ir fuerte si es necesario y para un equipo es importante. Sin embargo, aquí juega Lampard, que puede hacer esa función, sin hablar de Makelele y Essien, que posiblemente sean más especialistas.

P. Pero nadie como Deco para saber cuándo jugar rápido y cuándo no.

R. Mhhh... En este campeonato tan particular no hay tiempo de hacer la pausa y tener la pelota como hace el Barça. Aquí los delanteros hacen otro trabajo. Te incordian, te pegan.

P. Usted tiene la frente llena de cicatrices. ¿Quién le pegó?

R. Ya tengo las cejas de un boxeador. Algunas marcas son de Portugal, otras de aquí. He chocado cabeza contra cabeza contra los delanteros y ahora se me abren las cicatrices cada vez que me golpean o cada vez que doy un cabezazo. Es una consecuencia del fútbol directo.

P. ¿Cómo hace Mourinho para aguantar toda la presión que se autoimpone?

R. No lo sé. Él hace las cosas a su modo. Tiene su estilo y lo lleva a las últimas consecuencias. En Portugal era igual que aquí pero con menos exposición pública. Él no ha cambiado nada.

P. A veces parece a punto de colapsar.

R. Es su forma de gestionar las cosas. Su forma de ser. Los jugadores, una vez que asimilamos el mensaje, no necesitamos protección de nadie. Ya sabemos lo que tenemos que hacer.

P. ¿A usted le pasó todas las notas que le tenía que pasar?

R. ¡No! Yo hago mi trabajo. Sé lo que pretende y lo que no pretende. Sé por qué me deja fuera de las convocatorias y por qué me hace jugar. No le tengo que pedir ninguna explicación. Hace cuatro años que lo conozco.