Cindy Walker, la gran compositora de 'country'

Cindy Walker, la más celebrada compositora de canciones vaqueras, murió el jueves 23 de marzo en Mexía (Tejas), a los 87 años, debido a problemas respiratorios. Desde la década de los años cuarenta, Walker firmó centenares de temas, que fueron grabados por infinidad de figuras del country y artistas afines como Ray Charles o Elvis Presley.

Antes de morir, el 23 de marzo, Cindy Walker tuvo la constatación de que no había sido olvidada. A su casa en Mexia (Tejas) llegaron las primeras copias de You don't know me: the songs of Cindy Walker, el cariñoso álbum donde Willie Nelson recuperaba 13 temas de su repertorio.

Como todos los músicos tejanos, Nelson consideraba a la compositora de 87 años como la depositaria de las esencias sonoras de aquellas tierras: su cancionero enlazaba al exuberante grupo de Bob Wills & His Texas Playboys con sus herederos, los continuadores del llamado western swing como el grupo Asleep at the Wheel. Mujer discreta, Walker nunca confirmó si se había casado ni la fecha de su nacimiento. Se quitaba años, temiendo que su verdadera edad pervirtiera la percepción de sus obras: había nacido el 20 de julio de 1918 en Mart (Tejas). Hija de un compositor religioso, sus sueños creativos pronto superaron los límites de las iglesias.

En 1941, haciendo turismo con su familia por Los Ángeles, reconoció las oficinas de Bing Crosby y entró sin cita previa. Su desparpajo ayudó a que el crooner máximo del momento interpretara algunas de sus piezas. Hollywood había hallado un filón en las películas de vaqueros cantarines a lo Gene Autry, y Cindy proporcionó canciones ad hoc, aparte de grabar por su cuenta y aparecer ocasionalmente en la pantalla.

Con el establecimiento de la industria del country en Nashville, Cindy se trasladaba por temporadas a la ciudad de Tennessee; se convirtió en la compositora más solicitada en un negocio donde los hombres tomaban las decisiones. Se rumoreaba allí que su madre, Oree, siempre a su lado, colaboraba secretamente en las composiciones, siempre eclécticas.

De cualquier modo, sus melodías y sus textos sonaban a piezas clásicas: proporcionaron grandes éxitos a Eddy Arnold (You don't know me), Ernest Tubb (Warm red wine), Hank Snow (The gold rush is over), Jim Reeves (Distant drums), Jerry Wallace (In the misty moonlight), Ricky Skaggs (I don't care) y Roy Orbison (Dream baby). Precisamente, para la compañía de Orbison, ella grabó en 1964 un bello elepé, Words and music by Cindy Walker, más un capricho que un intento de relanzar su carrera de vocalista: modesta, escondía sus discos de oro y otros trofeos bajo su cama.

En los despachos y en los estudios de Nashville, Walker fue la reina no coronada del country, por lo menos hasta la llegada de la prolífica Dolly Parton. Con el cambio de tendencias, sus visitas a Nashville se fueron espaciando, aunque sus mejores canciones siguieron generando derechos. Fueron grabadas por artistas "foráneos" que apreciaban sus verdades eternas: Ray Charles, Elvis Presley, Glenn Campbell, Cher, Van Morrison, Diana Krall, Michael Bublé o Bette Midler. Tal variedad de intérpretes es el mejor testimonio de su grandeza como autora.