El Valladolid acaricia ya la Recopa
El Valladolid dejó casi resuelta la final de la Recopa en la ida al ganar al Chekhovsky, ruso, por siete goles de diferencia en una escenificación perfecta de lo que Juan Carlos Pastor, su entrenador, había pintado. Tanto había planificado el choque que el también seleccionador español impidió que el partido se jugase en un recinto de más capacidad. Lo quería en el viejo pabellón de la Huerta del Rey, en el que apenas caben 4.000 espectadores, pero es en el que se entrenan "todos los días".
Con todo, el inicio no prometía lo que después ocurrió. El Chekhovsky cerraba sus ataques con el balón en la red sin despeinarse. Ratsortsev bombardeaba una y otra vez. Nadie conseguía detenerlo. En el área contraria la historia era distinta. Al Valladolid le costaba un triunfo marcar porque Chema Martínez no conseguía la fluidez precisa. Sólo al borde del descanso logró ponerse por delante.
VALLADOLID 36 - CHEKHOVSKY 29
Valladolid: Sierra; Rentero (5), Asier Antonio, Chema Rodríguez (2), Garabaya (4), Ávila (4) y Ugalde (3) -siete inicial-; Gull (10, 2p), Rui Silva, Muratovic (6) y Víctor Hugo (2).
Chekhovsky: Kostygov; Frolov (3), Rastvortsev (8), Chipurin (3), Dibirov (2), Igropulo (2, 1p) e Ivanov (4) -siete inicial-, Filippov (1), Egorov (5, 1p), Evdokimov, Chernoivanov, Kamanin, Kovalev (1) y Oleg (p.s.).
Árbitros: Gilles Bord y Olivier Buy (Fra.).
Unos 3.500 espectadores.
La continuación modificó por completo el escenario. A los dos minutos Ratsortsev sufrió la primera exclusión. Chema comenzó a correr y con él, cada uno a un lado, Gull y Muratovic. Todo comenzaba a parecerse a lo que Pastor había ensayado. El Valladolid apretaba sin descanso y el rival se vio obligado a buscar en la dureza defensiva la solución a tanta presión, algo que el cuadro español ya conocía de una eliminatoria tres años atrás que acabó a bofetadas.
Las exclusiones y las superioridades comenzaron a caer y el Valladolid comenzó a resolverlas todas con un gol más de renta. Entonces entre los rusos apareció Egorov para mantener a su equipo dentro de la eliminatoria, era el único que no estaba con la lengua fuera, pero Pastor pidió tiempo, reordenó su defensa, le pidió algo más a Muratovic y a Gull.
Al final, la ventaja del Valladolid para Chekhov, a 50 kilómetros de Moscú, se quedó en siete tantos tras haber sido de ocho. El Valladolid se encontrará el próximo sábado un infierno, que ya conoce, para conseguir su primer título europeo en un torneo que es español desde 2002. Conseguirá también así romper su mal fario tras haber perdido las tres finales continebntales a las que ha llegado. Una de ellas, precisamente, también fue en la Recopa de 2004, y las otras dos en la City Cup de 2000 y en la Copa EHF de 1999.
En el partido de ida de la final de la Copa EHF de esta temporada, el Göppingen alemán dio igualmente un gran paso al perder sólo por un gol, 30-29, en su visita al también germano Lemgo.
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