Recogida de firmas electorales
Una de las palabras más utilizadas por Florentino Pérez durante su doble mandato fue "ilusión". El presidente dimisionario hablaba de "proyectos ilusionantes", de jugadores que "crean ilusión" o de la "ilusión" metafísica como de un estado en el que es deseable que todo madridista se halle inmerso. Luego, Florentino Pérez dimitió y desde hace un mes su sucesor, nombrado a dedo por él mismo, es Fernando Martín, que pide calma social para poder asentar los fundamentos de un proyecto que "ilusione" a los socios. El hombre no ha tenido tiempo de hacerse enemigos ajenos porque su propia junta, heredada de Pérez, le tiene ojeriza y lo amenaza con forzar su dimisión. Ayer los aledaños del Bernabéu respiraban aires de precampaña electoral antes del partido. En uno de los tres puntos habilitados por las peñas para pedir elecciones se dejó caer Arturo Baldasano, que asegura que se presentará como candidato a la presidencia porque Florentino Pérez lo ha hecho muy mal en el área deportiva. Preguntado Baldasano por la solución que imagina para la crisis del Madrid, respondió que haría lo necesario para "devolver la ilusión" a los aficionados.
La Real Academia de la Lengua determina que, en sus dos primeras acepciones, la voz ilusión significa "imagen sugerida por los sentidos que carece de verdadera realidad" y "esperanza que carece de fundamento en la realidad". En su tercera acepción significa "alegría".
Tal vez los directivos madridistas no pretendan sugerir imágenes fantásticas. Pero, si han hecho todo lo posible por dar alegría a la hinchada, hay que concluir que han fracasado. Ayer, el Bernabéu presentó la peor entrada de la temporada. Había gradas peladas en todas las tribunas. Cientos de socios prefirieron no acudir. Por no tener, los seguidores no tenían ni ganas de sacar pañuelos. La gente se presentó en un estado mental que se aproximó más al letargo que a la indignación. Ésa ha sido la tónica en los peores momentos de la temporada. Las pañoladas y el lanzamiento de almohadillas al césped pertenecen a un tiempo irrepetible. El nuevo Bernabéu de los palcos VIP, las azafatas y las áreas de recreación de lujo no estimula estas clases de purga espiritual.
Lo que no ha perdido vigencia es el silbido y el trompetazo. La víctima fue el blanco más notorio: Cassano. Ocurrió cuando el italiano falló su cuarta ocasión para marcar a boca de gol. La gente se ensañó con él y repitió su catarsis cuando fue sustituido por Soldado en la segunda parte. Respecto al palco de autoridades hubo indiferencia. Al público ya no le hace ilusión mostrar pañuelitos.
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