El 83% de los accidentes se produjo en vías de un solo carril por sentido

Un joven conductor vuelve a casa el domingo después de unos días de vacaciones. Conduce por una carretera convencional, sin hacer caso de las señales de limitación de velocidad; se distrae y su coche se estrella en la cuneta. Si hubiera llevado el cinturón quizás hubiera salvado la vida. Éste es el perfil que permite construir la información de Tráfico sobre los 90 accidentes mortales ocurridos en las carreteras durante Semana Santa, que se han cobrado la vida de 108 personas.

La Dirección General de Tráfico (DGT) dio a conocer ayer el balance de la operación especial que puso en marcha el viernes día 7 con motivo de las vacaciones de Semana Santa, y que concluyó el día 17. Un periodo en el que 108 personas perdieron la vida en las carreteras españolas, en el que 60 resultaron heridas graves y otras 66 sufrieron heridas leves. Con respecto al año anterior, murieron tres personas más.

Tras los accidentes mortales, los agentes redactan un parte en el que se explican las circunstancias y posibles causas del siniestro. Los 90 documentos recibidos en la Dirección General de Tráfico arrojan perfiles muy similares a los de otros periodos vacacionales. Las carreteras de un carril por sentido siguen siendo el escenario donde pierden la vida la mayoría de los accidentados; frente a las autopistas y autovías, que registran el 17% de los siniestros con víctimas. Es ahí donde existe menos control de la Agrupación de Tráfico, sobre todo en las carreteras secundarias. Los adelantamientos y excesos de velocidad en estas vías acaban de fijar el escenario de una epidemia que cada día se lleva por delante a 10 personas. En 2005 murieron en accidente 3.329 personas, y 1.501 resultaron heridas. Y en lo que va de año, cerca de 900 personas han perdido la vida sobre el asfalto.

Los responsables de Tráfico siguen sorprendidos por los altos porcentajes de muertos que no llevaban puesto el cinturón de seguridad. Durante esta Semana Santa, un 48% no lo utilizaron. Llama la atención ese porcentaje, porque la media de todo un año no suele superar el 35%. Lo que se interpreta en la DGT como una cierta relajación de los conductores en estas fechas. Los días más aciagos fueron el domingo 16, cuando perdieron la vida 19 personas, y el miércoles 12, con 15 fallecidos.

Los datos también revelan que en el 41% de los casos la velocidad aparece como la principal causa del siniestro; mientras que en el 33% es fruto de una o varias infracciones; y en el 27%, uno de los factores principales para que se produjera el accidente había sido la velocidad inadecuada, es decir rebasar los límites, o no circular a la velocidad que permiten las condiciones y características de la vía. Esas distracciones y pisar el acelerador más de la cuenta, hacen que en el 47,2% de los casos, la muerte de uno o varios ocupantes del vehículo se produzca al salirse éste de la carretera. Los casos de colisiones frontales representan el 17,6% del total.

El grupo más azotado por la mortalidad durante los días de vacaciones que acaban de concluir ha sido el de los más jóvenes. El 24,07 de los fallecidos tenía entre 15 y 24 años; seguidos de las personas de entre 25 y 34 años (22,2%). Mientras los fallecidos en carretera de entre 54 y 64 años sólo representa el 1,85%.

Las comunidades autónomas que se sitúan en los primeros puestos de la lista negra de accidentes durante esta Semana Santa son Andalucía y Galicia, con 17 y 16 fallecidos respectivamente. En Navarra no se produjo ninguna muerte. Por provincias, Madrid, con nueve fallecidos, Pontevedra, con otros nueve, y Valencia, con ocho, encabezan la lista con más mortalidad.

En la última década, las operaciones especiales más mortales fueron las de 1999, 2001 y 1997, con 173, 140 y 137 muertos respectivamente. El trágico resultado de este año quiebra la tendencia a la reducción de muertos en accidente que comenzó en 2004, cuando murieron sobre el asfalto 513 personas menos que el año anterior. En 2005 se ralentizó el descenso, con 182 muertos menos que en 2004. Y desde que comenzó este año, la mortalidad venía siendo un 5% menor que en el mismo periodo del año anterior.