El nuevo 'boom' de las fusiones
Durante el primer trimestre de 2006, se anunciaron en todo el mundo operaciones por 727.123 millones de euros
El fuerte ajuste en el que se sumieron las empresas de todo el mundo para depurar los excesos de la década de los noventa ha dado pie, en los dos últimos años, a la última oleada de fusiones y adquisiciones. Los sectores de telecomunicaciones y las compañías energéticas están protagonizando las operaciones más sonadas, espoleadas por las compañías de capital inversión (o private equity), estrellas invitadas en este proceso. Los tipos de interés, por los suelos en las tres grandes zonas económicas, EE UU, Japón y Europa, han sido el catalizador del último episodio de concentraciones empresariales. El efectivo, a diferencia del pasado, es la forma de pago más utilizada.
En Europa se anunciaron en el primer trimestre fusiones por importe de 293.816 millones de euros, un 95,6% más
El pasado 2 de abril, Lucent Technologies y Alcatel anunciaron su intención de fusionarse para crear el segundo fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo, tras el gigante Nokia. Ha sido la última de la larga lista de operaciones de fusión y adquisición que se vienen anunciando en los dos últimos años.
La inercia consolidadora se extiende por todo el mundo. Según los últimos datos disponibles, de Thomson Financial, en el primer trimestre de este año se anunciaron operaciones de este tipo por importe de 727.123 millones de euros, lo que supone un incremento del 44,9% respecto a los 502.542 millones de euros del mismo periodo de 2005.
En Estados Unidos, el volumen de operaciones fue de 275.819 millones de euros en el primer trimestre. Ese importe sólo se ha visto superado, en un periodo equivalente, en dos ocasiones: en 1999 y 2000, al final del boom bursátil de la pasada década. Fuera de EE UU, el volumen fue de 452.130 millones de euros, un aumento del 65,3% respecto al primer trimestre del año pasado. Europa fue la región más activa: se anunciaron fusiones o adquisiciones por importe de 293.816 millones de euros, por encima de EE UU, un 95,6% más que en 2005.
Pero este periodo de consolidación empresarial, el primero tras la explosión de la burbuja de la pasada década y la depresión posterior en la que se sumieron muchas empresas, presenta algunas características que lo distinguen del pasado. Una de ellas es el papel preponderante que una cierta categoría de entidades financieras, las firmas de private equity -en español, capital inversión, a veces incluso traducido, erróneamente, como capital riesgo- han tenido como activadoras del proceso. Durante el primer trimestre de este año, estas entidades anunciaron compras o fusiones por importe de 92.675 millones de euros, un 44,1% más que en los tres primeros meses de 2005.
Entre las principales operaciones destaca la compra de la cadena de supermercados estadounidense Albertson's por parte de un consorcio de firmas por 13.328,49 millones de euros y la de la filial japonesa de Vodafone, Vodafone KK, por Softbank, por 12.629,84 millones de euros.
Las empresas energéticas y de telecomunicaciones han sido las más activas en las fusiones y adquisiciones en los últimos meses. En EE UU, el sector de telecomunicaciones mantuvo una actividad febril, hasta suponer más de la cuarta parte del volumen de las operaciones de fusión y adquisiciones que han sido anunciadas en el primer trimestre. La compra de BellSouth por AT&T fue la mayor fusión anunciada durante el trimestre pasado, y está valorada en 68.719,9 millones de euros. Además, se ha colocado en los ránking históricos como la segunda mayor fusión realizada en EE UU.
Al otro lado del Atlántico, la oferta pública de adquisición de acciones (OPA) hostil lanzada por la eléctrica alemana E.ON sobre la española Endesa, valorada en 46.811,95 millones de euros, fue la segunda. La tercera fue la oferta de la francesa Suez por Gaz de France, una fusión valorada en 44.843,22 millones de euros. Por el contrario, los sectores de productos y servicios de consumo y el inmobiliario fueron los menos activos. El volumen de las fusiones y adquisiciones anunciadas en Europa es, por cierto, el mayor importe registrado en un primer trimestre desde el año 2000.
Razones de una oleada
¿Por qué se está produciendo esta nueva ola de fusiones y adquisiciones? Javier Oficialdegui, managing director de los sectores financiero y energético de Merrill Lynch en España, apunta tres características que se observan en muchas de las operaciones. Una, muchas son transfronterizas (como la compra de la británica O2 por la española Telefónica, la oferta de Ferrovial por la británica BAA o la compra de la francesa Gecina por Metrovacesa); dos, no faltan las operaciones hostiles (Gas Natural sobre Endesa); y, tres, incluso se plantean en contra del parecer de los Gobiernos de los países de origen de la compañía que se pretende comprar (caso de la OPA presentada por la siderúrgica angloindia Mittal sobre la europea Arcelor o la de E.ON sobre Endesa).
"Hace tan sólo 24 meses no se nos ocurría [a los bancos de inversión] plantear este tipo de iniciativas", admite Oficialdegui. "Ahora, sí", continúa. ¿Qué razones hay detrás de todo ello? Según los expertos, entre 2001 y 2003, y tras los excesos de la pasada década, muchas empresas iniciaron su particular travesía por el desierto y se sumergieron en estrictos planes de ajuste para eliminar excesos de capacidad, rebajar sus perfiles de riesgo y mejorar sus estructuras de costes. A partir de 2004, sin embargo, las empresas despertaron a una realidad bien distinta, marcada en este caso por unos tipos de interés bajísimos en el mercado y con unos bolsillos repletos de liquidez, lista para ser gastada.
En cierto modo, el camino de la consolidación que han emprendido muchas compañías responde también a la presión del mercado. "Al principio del periodo de ajuste, después de 2001, los inversores pedían a las compañías que destinasen su exceso de liquidez a reducir deuda; luego, que reestructurasen su estructura de costes; más tarde, pidieron un mayor dividendo, y ahora lo que exigen a las empresas es que crezcan, y la única forma de lograrlo es la consolidación", señala Oficialdegui.
Pago en efectivo
Otra característica de la nueva hornada de fusiones es que es mucho más frecuente que el comprador esté dispuesto a pagar en efectivo, y no, como llegó a ser la norma durante los noventa, en acciones propias. De las 25 mayores operaciones que han sido anunciadas durante los primeros tres meses de 2006, 12 se plantean con pago en efectivo, 8 con una combinación de efectivo y acciones. El resto, exclusivamente en acciones.
¿Hasta cuándo se mantendrá el empuje de las fusiones y adquisiciones? Según Alfonso Gómez-Acebo, managing director de banca de Banca Global de Deutsche Bank en España, el horizonte puede ensombrecerse por el previsible alza de los tipos de interés de mercado. El encarecimiento de las materias primas también podría convertirse en un factor mayor de presión sobre el crecimiento de la economía.
Con todo, opina el directivo de la entidad alemana, "la mayor estabilidad geopolítica actual, la contención de la inflación, aun con precios del petróleo elevados, y el recorrido limitado que vemos al incremento de tipos continuará favoreciendo el mercado de fusiones y adquisiciones, si bien tal vez a ritmos de crecimiento inferiores a los que hemos presenciado en el 2005".
En el caso concreto de España, Gómez-Acebo cree que las fusiones nacionales "deberían seguir representando el mayor número de operaciones, particularmente en sectores poco concentrados y en donde todavía existe capacidad de generación de sinergias". En su opinión, no existen problemas de elevada concentración empresarial y, además, anticipa que las grandes empresas españolas, como Telefónica, Santander, BBVA, Endesa, Repsol o Iberdrola continuarán con sus planes de expansión internacional, sobre todo en territorio europeo.
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