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EL ENREDO
Columna
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Jasamo todos un corrá

TE DESCUIDAS UN MOMENTO y dimite José Bono. Mientras te lamentas, Berlusconi queda al borde del abismo. Qué desgracia tan enorme. Sólo caen los mejores. Al final, acabaremos todos cantando la canción del Koala: "Me via hazé un corrá". Gran canción. De cuando en cuando tropieza uno con poemas de valor universal. Es el caso: "Opá, yo via hazé un corrá / pa esas gallinas / y pa esos mininos. Opá, yo via a hazé un corrá / pa esas perdices / y esos pajarillos". ¿Quién no siente la tentación de dejarlo todo y jaserse un corrá? Más aún, en vacaciones. Ahí tenemos a Bono. Un aplauso para él, que lo ha dejado todo y sa jasío un corrá.

Por si fuera poco, se publican las memorias de Judas, y dice la criatura que no fue un traidor. Que seguía órdenes de Jesús, cuando no de Dios. Sostiene Judas que él era el favorito, y que por eso le eligieron para representar la traición, que tenía mucho de pantomima, se ve. Un respeto para Judas: veintiún siglos ha aguantado callado. Otra cosa quizá no, pero discreción no le ha faltado. Ya se ve que en aquel tiempo la gente era de otra pasta. Hoy día, nadie mantendría en secreto algo así durante tanto tiempo. Se va a la tele y lo larga. Y con el dinero, o se jase un corrá o se compra unos chalés en Marbella. Lo del Código da Vinci y María Magadalena se habría resuelto en un par de programas del corazón y hoy no tendríamos misterio ni best seller.

Ha habido una caída en picado del humor sobre religiones. Las caricaturas de Mahoma han sido lo que 1929 a la Bolsa

Todo esto sea dicho sin ánimo de ofensa. Hay que aclarar esto, que no está el horno para bollos. En tres meses ha habido una caída en picado del humor sobre religiones. El caso de las caricaturas de Mahoma ha sido al humor lo que 1929 a la Bolsa. Quién sabe cuánto tiempo pasará hasta recuperar el índice de libertad que teníamos. No es que haya nada nuevo prohibido. Sólo que quién se arriesga a organizar un lío planetario. Además, crecidos por la intransigencia islamista, católicos intransigentes van tomando posiciones: "¡Pues de mí tampoco se ríe ni Dios!". Ahora, en Alemania se solicita la prohibición de unos dibujos animados sobre un Papa imaginario, titulados Popetown. También solicitan que se prohíba la publicidad de esos dibujos, porque aparece una caricatura de Jesucristo riendo ante el televisor. Los católicos argumentan: "¿Y si los dibujos se llamaran Mahomatown?". Ya se vio en la crisis de las caricaturas que algunos católicos, los más intransigentes, no veían el conflicto con pesar, sino con envidia.

Una manera de salir de estos líos sería elaborar una lista con las cosas de las que se puede reír. Y que el tribunal esté formado por los más intransigentes de todas las religiones del mundo. Claro que, ¿quién resistiría reírse de ese tribunal? Qué relación difícil tienen las religiones con la risa. Y mira que ellos juegan con ventaja, porque tienen las leyes de la vida eterna. ¿Qué más les dará ésta, con lo larga que va a ser la otra?

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