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Fútbol | Final de la Copa del Rey

"Hemos ganado el título en el autocar"

Lotina, el técnico del Espanyol, dice que fue clave el carnaval que montaron sus jugadores en el trayecto al Bernabéu para preparar la final

Jordi Quixano

Ni tácticas, ni sesudas teorías. La final se ganó en los apenas 500 metros de trayecto en autocar que recorrió la expedición del Espanyol desde el hotel donde estaba alojado hasta el Bernabéu. Así lo aseguraron desde el entrenador, Miguel Ángel Lotina, hasta el presidente Daniel Sánchez Llibre, pasando por casi todos los jugadores. "Con cuatro canciones, los jugadores suramericanos han montado una fiestaza. Todos íbamos de pie. Parecía un carnaval. No hay tácticas que valgan. En ese trayecto del hotel al Bernabéu, hemos ganado la final", afirmó Lotina. Pandiani, que ganó su tercera final de Copa con tres equipos diferentes (Deportivo, Mallorca y Espanyol), dio fe de la historia: "Ha sido impresionante. Hemos empezado a liarla a base de canciones con Zabaleta, con Posse, con Fredson. El partido para nosotros empezó una hora y media antes", explicó el delantero uruguayo. En ese trayecto la afición del Espanyol vitoreó al equipo como si ya fuese campeón y muchos no pudieron contener las lágrimas de emoción. La final ni siquiera había empezado.

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Una vez que el colegiado pitó el final del partido, los jugadores del Espanyol enloquecieron al igual que los casi 28.000 aficionadoes blanquiazules que estuvieron en el Bernabéu. Sólo Lotina pareció más sosegado. "Aún no lo he asimilado, pero llevaba 40 años soñando con esto".

El Espanyol resolvió el encuentro con autoridad. No necesitó mucho. Lo justo y necesario para resquebrajar una defensa aturullada y decantar la balanza. De la Peña, Tamudo y Luis García pusieron su sello en el Bernabéu. De la Peña hizo lo que sabe: asistir en profundidad y al hueco para arrancar un ¡oh! generalizado de los hinchas blanquiazules. Pero se prodigó en todas las facetas; lo mismo le dio correr detrás de la pelota, desatar los nervios del colegiado y de los rivales con sus reproches, o aplaudir a la afición rival al final del encuentro. "Esto hay que vivirlo, es lo más grande del mundo", explicó Lo Pelat con la voz ronca. Y se acordó de la realidad liguera: "Después de una temporada bastante complicada, es el mejor regalo. La verdad que no nos esperábamos este resultado porque el Zaragoza es un equipazo, pero nos ha salido todo". Y rápidamente se fue a abrazar a su compinche, a su amigo del alma, Raúl Tamudo.

El 23 blanquiazul como siempre, fue determinante. Hizo lo que sabe: marcar su gol de pícaro, definir con la perspicacia que le caracteriza y regalar un gol marca de la casa. Y, por supuesto, como capitán, recogió de las manos del rey Juan Carlos para levantarlo y regalárselo a su afición. "No pensábamos que ganaríamos así, pero el partido se nos ha puesto de cara de buenas a primeras", reflexionó con bastante calma. Pero, a la par que entonaba la canción We are the Champions pronto se emocionó: "La afición se lo merece. ¡El año que viene volvemos a Europa!". Luis García, el tercero del tridente, le agarró de la camiseta y le soltó un beso. Luis García, minutos antes, sobre el césped, hizo lo que sabe: revolucionar el encuentro, marcar las diferencias. Hasta dos veces hizo la voltereta de su ídolo Hugo Sánchez. Luisinho, como le apodó la afición, resolvió por las bravas con el segundo y cuarto tanto. "Es indescriptible", comentó jadeante mientras hacía la vuelta de honor. "Es una alegría inmensa por todos. Nos ha venido bien no ir de favoritos. Con esta gente podemos hacer cualquier cosa", añadió con los ojos llorosos.

En la otra área, lo celebraba Kameni, que hasta el dia anterior no se sabía si sería titular o no porque su temporada ha estado repleta de altibajos. "Estoy muy feliz", confesó bajo una lluvía de papeles blanquiazules. ¿Dónde está Tommy? ¿Dónde está Tommy?", insistía. Quería regalarle el título a su entrenador de porteros, a Tommy N'Kono, su valedor en el Espanyol. El sentir general lo definió Lopo: "Estoy más contento que unas pascuas".

Tamudo, en una de sus internadas.
Tamudo, en una de sus internadas.BERNARDO PÉREZ

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